Los más de 11.000 migrantes, la mayoría de Centro y Suramérica, que ha recibido Nueva York desde junio, y que han sido enviados a albergues de la ciudad, han puesto en peligro ese sistema que, según el alcalde Eric Adams, «está llegando a su punto de ruptura».
«Esta administración, por sí sola, ha brindado albergue, atención médica, educación y una serie de otros servicios de manera segura y eficiente a más de 11.000 personas, principalmente de América Central y del Sur, que buscan una vida mejor», recordó este miércoles el alcalde en un comunicado.
Ese esfuerzo, agregó Adams, ha requerido, «y seguirá requiriendo, los esfuerzos de todo nuestro equipo, y se ha convertido en una realidad que ningún funcionario de la ciudad, defensor o tribunal jamás podría haber contemplado».
Estos migrantes, que buscan asilo en Estados Unidos, en gran medida venezolanos que huyen de la difícil situación política y económica de su país, han sido enviados por la administración del gobernador republicano de Texas, Greg Abbott.
Migrantes
Las ciudades de Washington primero y más recientemente la de Chicago, todas demócratas al igual que Nueva York, también han recibido a migrantes desde Texas, llegados en autobuses abiertamente fletados por el gobierno de Abbott sin coordinación alguna con estas tres ciudades.
«En esta realidad nueva e imprevista, donde esperamos que lleguen miles más cada semana en el futuro, el sistema de la ciudad está llegando a su punto de ruptura», advirtió Adams, que ha pedido ayuda económica al gobierno federal.
La ciudad de Nueva York ha tenido que alquilar habitaciones en 13 hoteles para dar alojamiento a los recién llegados, muchos de ellos con niños.
Nueva York ha advertido que este flujo «sin precedentes» continuará al menos hasta noviembre, cuando habrá elecciones, en las que Abbott busca la reelección.
El alcalde, que dirige la ciudad desde enero, aseguró que como resultado de lo que está ocurriendo en la ciudad » se deben reevaluar las prácticas anteriores» de la Gran Manzana -aunque no entró en detalles- pero indicó que «nunca contemplaron el transporte de miles de personas» a Nueva York, declarada una «ciudad refugio» (una ley exige que debe darse alojamiento a quien no lo tenga).
Adams indicó además en el comunicado ser consciente de que algunos quieran aprovechar estas circunstancias- También aclaró: «Seguimos enfocados en apoyar a cada una de estas personas y familias que necesitan la ayuda de nuestra ciudad».
En una visita a la capital federal el martes el alcalde abogó porque el gobierno federal elimine el requisito de los seis meses que un inmigrante debe esperar por un permiso de trabajo para que estos recién llegados puedan ocupar las vacantes que dijo que existen en la ciudad y se incorporen así a la fuerza laboral.
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