Las banderas del arcoíris, la música y la fiesta inundaron este domingo las calles de Nueva York durante el desfile del Orgullo LGTBIQ+, histórico evento que no se celebraba presencialmente desde 2019 debido a la pandemia del coronavirus.
«Este año parece que hay más locales que turistas, quizás hay un poco menos de gente que la última de 2019», apunta a EFE un voluntario de la iglesia episcopal de la Ascensión, que está en la Quinta Avenida, mientras que entrega agua con limón a los asistentes.
Era difícil superar el desfile anterior, pues era el 50 aniversario de los disturbios del Stonewall en Nueva York.
Se trató de unas manifestaciones violentas que se dieron en protesta contra una redada policial que tuvo lugar en la madrugada del 28 de junio de 1969 en ese local de referencia de la comunidad gay en la Gran Manzana y que encendieron la mecha de la lucha por los derechos del colectivo, ya que el 28 de junio de 1970 se dieron las primeras marchas del Orgullo en Nueva York y Los Ángeles en conmemoración al primer aniversario de los disturbios.
Iván Castro, quien viajó desde Orlando (Florida) para asistir por primera vez a este multitudinario evento, dice a Efe que en todos estos años «no se ha perdido la esencia» del desfile.
«Me siento libre, que es lo que necesitamos», apunta mientras baila al ritmo de la música de las carrozas desde la acera de la gran avenida.
Este es el primer año de esta década en el que se ha podido volver a celebrar el desfile sin restricciones por la covid-19.
No obstante, este año hay otro brote que preocupa a la comunidad, el de la viruela del mono.
El jueves, los funcionarios de salud de la ciudad de Nueva York ampliaron el acceso a una vacuna contra la viruela del mono y la ofrecieron a los hombres que han tenido parejas sexuales masculinas múltiples o anónimas en los últimos 14 días, ya que se trata de un virus que afecta, entre otros, a los hombres homosexuales.
Un total de 39 personas en la ciudad de Nueva York han dado positivo, según el Departamento de Salud.
Según la Organización Mundial de la Salud, la viruela del mono se transmite de persona a persona a través del contacto cercano con lesiones, fluidos corporales, gotitas respiratorias y materiales contaminados.
«Seguimos con las mismas medidas que veníamos usando con la covid, utilizando desinfectante para las manos y las mascarillas», anota Castro.
Algunos de los asistentes, este año, han cambiado la bandera multicolor por una pancarta de protesta contra el Tribunal Supremo de Estados Unidos, de mayoría conservadora, que el pasado viernes emitió un fallo que revoca la protección al derecho a abortar.
«Abortemos al Tribunal Supremo», se podía leer en el cartel de Esther Schonfeld.
«Creo que el derecho al aborto está intrínsecamente ligado al Orgullo porque el Orgullo tiene que ver con nuestra autonomía para dirigir nuestras propias vidas y (la decisión del Supremo) nos quitó nuestra autonomía corporal y nuestra capacidad de elegir nuestra propia dirección y nuestras propias decisiones de planificación familiar. Es por eso que vine con este cartel», explica la joven de 21 años.
Además, Schonfeld dijo sentirse «preocupada» porque los jueces más conservadores consigan revocar otros derechos en la comunidad LGTBIQ+.
En paralelo a la medida que tomó el Tribunal Supremo el viernes, el juez conservador Clarence Thomas señaló que el Supremo «debería reconsiderar todos los precedentes», lo que incluiría los fallos que garantizan la protección al matrimonio homosexual y el acceso a los anticonceptivos a parejas casadas.
Por su parte, los organizadores del desfile decidieron que Paternidad Planificada, ONG que ofrece servicios de salud reproductiva y de aborto, fuese la encargada de abrir el desfile.
“El Orgullo nació de la protesta y siempre será un espacio de lucha contra la injusticia y la discriminación. Abogamos por la autonomía corporal en la Marcha del Orgullo de Nueva York de este año”, detallaron los organizadores en un comunicado.