Los alimentos y bebidas azucarados de las cadenas de restaurantes y cafeterías de Nueva York deberán incluir en unos meses etiquetas de advertencia, de acuerdo con una ley que entrará en vigor a finales de este año.
La regla exige que los negocios de venta de alimentos con 15 sucursales o más coloquen un icono de advertencia —la ilustración en blanco y negro de una cucharada de azúcar— junto a los elementos del menú que contengan al menos 50 gramos de azúcar añadido.
Los negocios también deberán poner la siguiente etiqueta a las bebidas escrita junto al logotipo: “Advertencia: indica que el contenido de azúcar añadido en este producto es mayor que el límite total diario recomendado de azúcar añadido para una dieta de 2,000 calorías. Consumir demasiados azúcares añadidos puede contribuir a la diabetes tipo 2 y al aumento de peso”.
El departamento de salud de la ciudad publicó la semana pasada esta propuesta de enunciado para la regla y programó una audiencia pública a finales de mayo. Las autoridades de la ciudad y el alcalde demócrata Eric Adams aprobaron la leypara bebidas el año pasado. La regla está programada para entrar en vigor el 19 de junio para los alimentos preempacados y el 1 de diciembre para otros productos.
Cuando se le preguntó sobre la política en una entrevista realizada el jueves en la estación de radio 1010 WINS, Adams dijo: “Tenemos la obligación y la responsabilidad como ciudad, no sólo de reaccionar ante la crisis de salud, sino de actuar proactivamente para evitar algunos de los problemas de salud. El azúcar es una de las causas principales de asuntos, problemas y enfermedades relacionados con la salud”.
“Yo digo una y otra vez en mi viaje personal de salud: el alimento es medicina”, dijo Adams, que afirma tener una alimentación saludable y afirma ser vegano, pero ha admitido comer pescado en ocasiones.
La regla no es la primera incursión de un alcalde de la ciudad de Nueva York en una política de salud pública.
Michael Bloomberg logró la prohibición de las grasas trans artificiales en las cadenas de restaurantes y exigió que éstas publicaran la cantidad de calorías de los alimentos en sus menús. También prohibió fumar en el interior de restaurantes y bares. Bill de Blasio, el alcalde que gobernó antes que Adams, impulsó una regla para notificar a los clientes sobre los alimentos altos en sodio.
Los críticos de tales normas han afirmados desde hace mucho que las autoridades pretenden convertir a la ciudad en un “estado niñera”.
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