Un nueva jornada de cacerolazos y marchas pacíficas se llevó a cabo este viernes en la noche en las ciudades de Bucaramanga y Barranquilla, pese al llamado del presidente de Colombia, Iván Duque, a un diálogo nacional.
En Bucaramanga los ciudadanos sonaron nuevamente las cacerolas, mientras que la comunidad universitaria salió a las calles de forma pacífica.
Asimismo, Valle de Aburrá, en Antioquia, se sumó a los cacerolazos. En Suba, Bogotá, los manifestantes se apostaron en las calles, pese al decreto de toque de queda en toda la entidad.
En esta localidad, residentes denunciaron el ingreso de hombres encapuchados a los edificios y viviendas para robar.
Más temprano, el presidente condenó los actos vandálicos que ocasionaron destrozos en varias ciudades del país durante las protestas. De este modo, ordenó mayor presencia policial y militar en las calles de las zonas más afectadas.
Asimismo, Duque anunció que empezará una conversación nacional a partir del 27 de noviembre, a la que llamó a líderes políticos y sociales a integrarse.
No obstante, muchas personas recurrieron nuevamente a las plazas y lugares públicos para protestar en rechazo a las medidas económicas del gobierno colombiano.