El reino de Noruega se adhirió a las sanciones económicas y petroleras que la Unión Europea impuso al régimen de Aleksandr Lukashenko en Bielorrusia. El bloque anunció el 19 de junio la implementación de esas restricciones a los sectores fundamentales luego del desvío de un avión civil de pasajeros en mayo.
“Noruega se ha alineado con las nuevas sanciones sectoriales de la Unión Europea contra Bielorrusia como respuesta a las importantes violaciones de derechos humanos cometidas por las autoridades del país”, informó Ine Eriksen Søreide, ministra de Relaciones Exteriores.
La funcionaria afirmó que esas sanciones demuestran la determinación de Noruega y sus socios europeos de reaccionar enérgicamente ante los abusos cometidos en Bielorrusia. Dijo que, en lugar de seguir sus políticas fallidas, el régimen de Lukashenko debe liberar a todos los presos políticos y comenzar un diálogo con las fuerzas democráticas.
La Unión Europea ya mantiene sanciones contra altos funcionarios del gobierno bielorruso, incluyendo allegados a Lukashenko, reseñó AFP. Pero las nuevas sanciones incluyen la prohibición del comercio de productos derivados del petróleo, cloruro de potasio y bienes utilizados para la producción o fabricación de productos de tabaco.
“Además, el acceso a los mercados de capitales de la Unión Europea está restringido. Y está prohibido proporcionar seguros y reaseguros al gobierno bielorruso y a los organismos y agencias públicos bielorrusos”, comunicó entonces el Consejo en un comunicado.
El paquete de medidas determina también que el Banco Europeo de Inversiones detendrá cualquier desembolso o pago en virtud de los acuerdos existentes.
La lista de la Unión Europea incluye a 78 funcionarios bielorrusos sancionados. 7 personas, entre ellas los ministros de Defensa, Viktor Jrenin; de Transporte, Alexéi Avramenko, y el comandante de la Fuerza Aérea, Igor Golub.
También sancionaron a una entidad aérea por el desvío de un vuelo comercial operado por Ryanair para detener al periodista Roman Protasevich. El reportero cofundó un popular canal de Telegram, que es un medio de comunicación de la oposición en Bielorrusia.
Las otras 71 personas y 7 entidades fueron sancionadas por la represión ejercida contra la oposición.
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