La policía boliviana negó el domingo que exista una orden de detención en contra de Evo Morales. La aclaratoria surgió luego de que un oficial de la policía anunció que le habían dado la orden de detener al ex mandatario.
“Quiero hacer conocer a la población boliviana que no existe orden de aprehensión alguna contra funcionarios del Estado como Evo Morales y los ministros de su gabinete”, dijo al canal privado Unitel el comandante nacional de la Policía, Yuri Calderón.
Calderón aclaró que es la Fiscalía y no la Policía, la institución que emite las órdenes de aprehensión.
El jefe policial aclaró que la orden emitida es para los presidentes de tribunales departamentales electorales. Además, también a los vocales departamentales de las cortes electorales.
También se ordenó aprehender a María Eugenia Choque, hasta hoy presidente del Tribunal Supremo Electoral, y a Antonio Costas, quien renunció a la Vicepresidencia del organismo electoral poco antes de que terminara el escrutinio de las elecciones del 20 de octubre. Su renuncia se realizó en medio de protestas en rechazo al fraude electoral que le permitiría la reelección a Evo Morales.
Órdenes de captura
Hasta el momento se han ejecutado 25 órdenes de aprehensión en contra de presidentes y vocales de los diferentes tribunales electorales.
Evo Morales denunció este domingo el peligro al que estaba expuesto tras renunciar a la Presidencia de Bolivia. Aseguró que corría el riesgo de ser detenido ilegalmente y que grupos violentos asaltaron su domicilio.
“Denuncio ante el mundo y pueblo boliviano que un oficial de la policía anunció públicamente que tiene instrucción de ejecutar una orden de aprehensión ilegal en contra de mi persona; asimismo, grupos violentos asaltaron mi domicilio. Los golpistas destruyen el Estado de Derecho”, escribió Evo Morales en Twitter.
Morales renunció de palabra, pero hasta el momento no se ha conocido ninguna carta de él. Tampoco de su vicepresidente, Álvaro García Linera, en ese sentido.
El mandatario había anunciado en horas de la mañana su decisión de convocar a nuevas elecciones, adoptada luego de más de dos semanas de protestas en contra de lo que la oposición consideraba un fraude electoral. Aunado a enfrentamientos entre sus detractores y partidarios, además de motines policiales en los dos últimos días.
Informe de la OEA
Horas antes, un informe de la Organización de Estados Americanos advirtió sobre graves irregularidades en los últimos comicios celebrados en Bolivia.
Los movimientos ciudadanos contrarios a Morales decidieron mantenerse en protesta pese a su anunciada renuncia porque temen que ocurra lo mismo que en Venezuela en 2002, cuando el entonces presidente Hugo Chávez fue derrocado y retomó el poder en 48 horas.
Tras la renuncia de Morales salieron grupos vandálicos a incendiar, apedrear y saquear casas y comercios en ciudades como La Paz y El Alto.
En La Paz han acusado a grupos afines a Morales por el vandalismo, que se ha centrado en la zona sur, que en las últimas semanas fue donde más se sintió la protesta ciudadana en contra de su reelección.
Varios espacios del servicio municipal de transporte en distintos puntos del sur paceño han sido atacados por turbas que incendiaron los autobuses conocidos como PumaKatari, y defendidos por los choferes sindicalizados afines a Morales.
El ex defensor del Pueblo, Waldo Albarracín, crítico del gobierno de Morales, mostró en Twitter una fotografía de su casa en llamas.
Yuri Calderón aseguró que el cuerpo que dirige ha desplegado a todos sus funcionarios policiales para controlar esta situación caótica en La Paz. Además, de haber pedido refuerzos a otras regiones bolivianas.