Los niños venezolanos se enfrentan a muchos desafíos para ingresar al sistema escolar público en Trinidad y Tobago, pese a que el gobierno de dicho país otorgó protección legal a los migrantes desde hace más de tres años.
Al no poseer un estatus migratorio legal, los niños migrantes no pueden acceder a la educación pública del país.
El programa Equal Place, un esfuerzo conjunto de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU (Acnur), la Agencia de la ONU para los Refugiados, Unicef, Living Water Community y TT Venezuela Solidarity Network, ha brindado educación a 1.177 niños de primaria y 485 jóvenes de secundaria. Esto de acuerdo con datos publicados el 30 de junio de este año.
El problema radica en que, según cifras de Acnur, para el 31 de julio había alrededor de 4.000 niños de entre 5 y 17 años de edad solicitantes de refugio o asilo en Trinidad y Tobago. Mientras que, de acuerdo con la plataforma R4V, se estima que el número de menores de edad en ese país suba a 6.900.
Los datos que maneja el R4V reportan 2.900 niños más que Acnur, debido a que incluyen las cifras que maneja la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El objetivo del programa Equal Place era preparar a los niños para entrar a las escuelas católicas de Trinidad y Tobago, pero más de tres años después esto aún no se ha dado.
La líder de la oposición, Kamla Persad-Bissessar, ha pedido que los niños inmigrantes reciban plazas en las escuelas públicas. Dijo que todo niño tiene derecho a la educación, de acuerdo con el medio local Newsday.
Ante la situación, muchas familias venezolanas en Trinidad y Tobago están tomando la decisión de enviar a las madres con sus hijos de vuelta a Venezuela para que puedan estudiar. Mientras que los padres permanecen en dicho país para seguir trabajando con el fin de enviar dinero a sus seres queridos.