El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró el martes ante su gobierno que aceptar un acuerdo para la liberación de rehenes secuestrados por Hamás en el ataque del 7 de octubre es «una decisión complicada, pero es una decisión correcta».
El presidente estadounidense Joe Biden contribuyó a «mejorar el marco que les propuso (…) para incluir más rehenes a un coste menor», declaró Netanyahu en una reunión dedicada al acuerdo.
«Todo el aparato de seguridad lo apoya plenamente», añadió.
Las familias de los rehenes exigen a Israel que pida la liberación de todos los secuestrados. El Partido Sionista Religioso, formación de extrema derecha con representación en el gobierno de Netanyahu, se opuso al acuerdo, considerando que es «malo» para la seguridad del país, de los rehenes y de los soldados.
Dos fuentes conocedoras de las negociaciones explicaron a la AFP que el acuerdo tentativo se basaría en la liberación de entre «50 y 100» rehenes a cambio de la excarcelación de 300 presos palestinos en Israel, entre ellos mujeres y niños.
El intercambio se realizaría a un ritmo de «10» rehenes israelíes diarios contra «30» prisioneros palestinos y también incluiría la entrada de comida, asistencia médica y combustible a Gaza, además de una «tregua humanitaria de cinco días».
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