El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, reiteró su oposición a una «soberanía palestina» en la Franja de Gaza, escenario este sábado de encarnizados combates contra el movimiento islamista Hamás en una guerra que ya lleva más de cien días.
Israel debe asegurarse de que Gaza «deje de suponer una amenaza» y esta condición «contradice la exigencia de soberanía palestina», afirmó Netanyahu durante una conversación con el presidente estadounidense Joe Biden, según informó su oficina.
Netanyahu ya había afirmado el jueves que Israel debía controlar la seguridad «de todo el territorio al oeste del río Jordán», una zona que engloba a Cisjordania ocupada y a Gaza.
La guerra se inició tras la incursión el 7 de octubre de milicianos islamistas que mataron a unas 1.140 personas, en su mayoría civiles, en el sur de Israel, según un balance de la AFP basado en reportes oficiales.
Los milicianos también secuestraron a unas 250 personas, de las que un centenar fueron canjeadas por presos palestinos en Israel durante una tregua de una semana a fines de noviembre.
«Aniquilar» a Hamás
Israel prometió «aniquilar» a Hamás y lanzó una ofensiva aérea y terrestre que ya dejó casi 25.000 muertos, en su mayoría mujeres y menores, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, gobernada por Hamás desde 2007.
Estados Unidos, principal aliado de Israel, instó en las últimas semanas al gobierno de Netanyahu a evitar en todo lo posible la muerte de civiles y defendió la creación de un Estado palestino como garantía de seguridad regional.
El secretario general de la ONU, António Guterres, consideró este sábado que «la negativa a aceptar una solución de dos Estados para israelíes y palestinos y la negación del derecho del pueblo palestino a tener un Estado son inaceptables».
Esta postura «prolongaría indefinidamente un conflicto que se ha convertido en una grave amenaza para la paz y la seguridad mundiales, exacerbaría la polarización y alentaría a los extremistas en todo el mundo», advirtió Guterres en la cumbre del Movimiento de Países No Alineados celebrada en Uganda.
«Ilusión»
El presidente Joe Biden aún cree «en la perspectiva y la posibilidad» de un Estado palestino. Pero aun así, «reconoce que se necesitaría mucho trabajo» para llegar ahí, declaró la Casa Blanca tras la llamada.
«La ilusión que predica Biden a favor de un Estado de Palestina (….) no engaña a nuestro pueblo», reaccionó el sábado en un comunicado Izzat al Richiq, miembro del buró político de Hamás, una organización catalogada como terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, sostuvo el viernes que la solución «de dos Estados debe ser impuesta desde el exterior para traer la paz» y acusó a Netanyahu de «boicotearla».
«Para impedirla, han llegado ellos mismos a crear Hamás. Hamás ha sido financiado por el gobierno de Israel para intentar debilitar a la Autoridad Palestina de Fatah», afirmó.
Un corresponsal de la AFP informó el sábado de disparos de artillería y bombardeos en el sur de la Franja, especialmente en el sector de Jan Yunis.
Las tropas israelíes destruyen «infraestructuras terroristas» en todo el litoral, según el ejército israelí.
Hamás también informó de férreos combates en el norte del devastado territorio de unos 2,4 millones de habitantes, y de la muerte de «cinco personas, incluido una mujer» durante un «bombardeo contra un vehículo civil» en Rafah, en la frontera con Egipto.
El ejército israelí lanzó el sábado octavillas en Rafah, con fotos de los rehenes, y pidió a los habitantes de esa ciudad fronteriza con Egipto comunicar cualquier información sobre su paradero. Israel calcula que aún quedan 132 en Gaza.
Miles de personas se manifestaron en la ciudad israelí de Tel Aviv para exigir la liberación de los rehenes y la convocación de elecciones anticipadas.
Conflagración regional
Además de su operación militar, Israel mantiene desde el 9 de octubre un «asedio completo» a Gaza y ejerce un bloqueo prácticamente total de la entrada de agua, alimentos, medicamentos y combustible.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lamentó las «condiciones de vida inhumanas» de los gazatíes.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) alertó de que 375.000 personas enfrentan «desnutrición severa» en el pequeño enclave de 362 km2.
El conflicto ha agravado las tensiones entre Israel y los grupos armados en la región respaldados por Irán, como el Hezbolá libanés o los hutíes de Yemen.
Los Guardianes de la Revolución iraníes anunciaron el sábado la muerte de al menos cinco de sus miembros en un «ataque aéreo llevado a cabo por aviones de combate» israelíes en Damasco, la capital de Siria.
Entre los fallecidos figuran el jefe de inteligencia para Siria de ese ejército ideológico de la República Islámica y su adjunto, según los medios iraníes.
El ejército israelí, contactado por la AFP, rehusó comentar esas informaciones.
En Yemen, Estados Unidos volvió a bombardear el viernes posiciones de los rebeldes hutíes, después de que estos reivindicaran un ataque contra un petrolero estadounidense en el golfo de Adén.
Y en la frontera israelo-libanesa, otro punto caliente, un civil y un combatiente de Hezbolá murieron en un bombardeo israelí contra su vehículo, según la agencia oficial ANI y el movimiento islamista.