El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, apuntó que está «sorprendido y decepcionado» de que el gobierno de Joe Biden no quiera apoyar posibles sanciones contra la Corte Penal Internacional (CPI) por la solicitud de que se emita una orden de arresto en su contra.
El diario Político adelantó un fragmento de una entrevista hecha este miércoles y que se emitirá el domingo en el programa The Morgan Ortagus Show de la cadena de radio Sirius XM, en la que Netanyahu critica la nueva posición de la Casa Blanca.
En rueda de prensa, el portavoz de Seguridad Nacional, John Kirby, afirmó el martes que se opone a las sanciones impulsadas por los republicanos en el Congreso contra la CPI en respuesta a la decisión de su fiscal de solicitar órdenes de arresto contra líderes israelíes por la guerra en Gaza.
Kirby dijo que las sanciones «no eran la respuesta correcta», una visión distinta a la ofrecida la semana pasada por el secretario de Estado, Antony Blinken, quien afirmó que la medida de la CPI era una «decisión profundamente equivocada» y que la administración de Biden trabajaría con el Congreso para imponer posibles sanciones.
Brecha entre Israel y Estados Unidos
En la entrevista, Netanyahu criticó el cambio de postura y se defendió de las acusaciones del tribunal de que él y las autoridades israelíes han impedido intencionadamente la entrada de ayuda humanitaria a Gaza.
«Estamos introduciendo medio millón de toneladas de alimentos y medicinas en Gaza», afirmó el primer ministro israelí, quien aseguró que hay «mucha comida allí: 3.000 calorías por persona. Eso es casi 1.000 por encima del estándar requerido».
También dijo que Israel está haciendo «todo lo posible» para proteger a los civiles durante la guerra y que para ello envía «millones» de mensajes de texto, lanza folletos y realiza llamadas telefónicas para decirles que se aparten del peligro.
Los comentarios de Netanyahu son una muestra más de la brecha entre Israel y Estados Unidos, que hasta ahora había sido el mayor apoyo para el gobierno israelí.
Las tensiones entre la administración de Biden y el primer ministro israelí por el manejo de la guerra de Gaza, especialmente debido al alto número de víctimas civiles, siguen aumentando ante las dificultades de garantizar acceso a la ayuda humanitaria y por el uso que Israel hace del armamento pesado aportado por EE UU.