Una joven de Birmania que se encontraba en estado crítico tras recibir un disparo en la cabeza en una de las protestas celebradas el 9 de febrero contra el golpe de Estado en el país falleció este viernes. Es la primera víctima mortal de la represión.
La joven, Mya Thwet Jine, una estudiante de 20 años de edad, estaba ingresada con muerte cerebral en un hospital de la capital, Nayipidó, a causa de las heridas sufridas. La mujer recibió el disparo cuando buscaba protección en una parada de autobús de los cañones de agua de la Policía.
La hermana de Thwet Hine aseguró la semana pasada en una rueda de prensa que seguirá luchando hasta el fin de la dictadura militar. De esta forma, quiere compensar el sufrimiento de su hermana. «Me gustaría pedir a todo el mundo que siga luchando contra la dictadura militar», agregó.
Las protestas en Birmania aumentaron desde la asonada del 1 de febrero, dada poco antes de que se constituyera el nuevo Parlamento, surgido de las elecciones legislativas de noviembre. Durante el golpe se detuvo al entonces líder de facto del país, Aung San Suu Kyi, y el presidente, Win Myint.
Desde entonces sucedieron, además, las detenciones de antiguos ministros y parlamentarios. Mientras tanto, los miembros de la Liga Nacional para la Democracia (NLD) electos en los comicios procedieron a establecer un Parlamento paralelo, no reconocido por la junta militar.
En este contexto, las autoridades militares imputaron el jueves al ministro Zau Myint Maung, vicepresidente de la NLD, por incitación a la violencia. La propia Suu Kyi hace frente a cargos por violación de la Ley de Exportaciones e Importaciones y por supuestas violaciones de las leyes de gestión de desastres en el contexto de la pandemia.
La Asociación de Asistencia de Presos Políticos (AAPP) apuntó este viernes que desde el golpe de Estado se detuvieron cerca de 500 personas. Entre ellas más de 120 miembros de la NLD, que se impuso en las últimas elecciones, de las cuales solo 35 están libres hasta la fecha.