Un policía de 27 años de edad sucumbió a las heridas de un tiroteo registrado el viernes pasado en Harlem, en el que murió otro compañero, en un drama que presiona al nuevo alcalde demócrata de Nueva York, Eric Adams, ante el incremento de la violencia por armas de fuego.
«Con gran tristeza anuncio la muerte del policía Wilbert Mora», informó la nueva jefa de la policía neoyorquina (NYPD), Keechant Sewell.
«Fue asesinado, a los 27 años, en el ejercicio de sus funciones, y luchó hasta el final», agregó el Departamento de Policía de Nueva York en su cuenta de Twitter.
Policía de Nueva York
El viernes por la noche, Mora resultó herido al acudir a una vivienda de Harlem, tras recibir la llamada de una madre por una disputa con su hijo. Su colega de 22 años de edad, Jason Rivera, murió en el acto por los disparos del sospechoso, un hombre de 47 años que falleció el lunes tras resultar herido en el tiroteo.
Este incidente eleva a cinco los agentes de policía en Nueva York víctimas de disparos desde el 1 de enero, fecha en que asumió sus funciones Eric Adams, un excapitán de la policía, elegido como alcalde con la promesa de llevar la seguridad a sus calles.
Adams anunció el lunes una serie de medidas de «intervención y prevención» para luchar contra la proliferación de armas en la ciudad y reforzar los programas sociales para mantener a los jóvenes fuera de las calles.
Entre las medidas están el restablecimiento de patrullas de policías de civil, las famosas «unidades contra el crimen» rebautizadas como «unidades contra las armas de fuego», suprimidas en 2020 tras la muerte de George Floyd, quien murió asfixiado por un policía en Minneapolis y suscitó una oleada de protestas en todo el país por el racismo policial contra las minorías, en particular, los negros.
Durante el periodo de Michael Bloomberg como alcalde(2002-2013) estas patrullas eran temidas por los polémicos registros a jóvenes negros y latinos sospechosos de llevar armas.
Inseguridad de décadas pasadas
Además de estos ataques contra la policía, Nueva York se ha visto sacudida por varios hechos violentos que traen a la memoria de los neoyorquinos la inseguridad de décadas pasadas.
Entre ellos está el homicidio una joven puertorriqueña de 19 años de edad en un restaurante de comida rápida en el este de Harlem, y una bala perdida que hirió a una bebé de 11 meses en una calle del Bronx. Así como la muerte de una estadounidense de origen asiático al ser empujada a las vías del metro por un vagabundo esquizofrénico.