El que fuera presidente de la India entre 2012 y 2017, Pranab Mukherjee, falleció este lunes 31 de agosto a los 84 años de edad tras haberse sometido a una operación cerebral a principios de mes, además de contraer el coronavirus, y sufrir varias complicaciones que lo mantenían en coma desde hacía días.
«Con un gran pesar, les informamos que mi padre Pranab Mukherjee acaba de fallecer a pesar de los mejores esfuerzos de los médicos del hospital y las oraciones de personas de toda la India. Gracias a todos», publicó su hijo, el político Abhijit Mukherjee, en la red social Twitter.
El exmandatario indio ingresó en el Hospital Militar de Delhi el 10 de agosto para someterse a una cirugía para extraerle un coágulo de sangre del cerebro.
Ese mismo día, fue él mismo quien anunció a través de sus redes sociales que en las pruebas previas al ingreso hospitalario había dado positivo en covid-19 y pedía a quienes habían tenido contacto con él durante los días previos que se aislaran y se hicieran la prueba.
Tras la operación, el hospital comunicó que Mukherjee se encontraba en coma profundo y posteriormente su salud siguió deteriorándose, ya que desarrolló una infección pulmonar y una disfunción renal, por lo que precisó de asistencia respiratoria.
Desde el día de su ingreso, las redes sociales se volcaron en mensajes de ánimo y buenos deseos para el expresidente, pidiendo su pronta recuperación.
El presidente de la India, Ram Nath Kovind, fue uno de los primeros en trasladar sus condolencias a la familia de su predecesor y destacar el importante legado que dejó Mukherjee en la historia de la India.
«Su desaparición supone el paso de una era. Un coloso de la vida pública, sirvió a la Madre India con el espíritu de un sabio. La nación está de luto por perder a uno de sus hijos predilectos. Condolencias a su familia, amigos y a todos los ciudadanos», manifestó Kovind en su cuenta oficial de Twitter.
Vida dedicada a la política
Mukherjee nació en 1935 en una familia de clase media en la región de Bengala, en el noreste de la India, y ejerció como profesor y periodista antes de decidirse a entrar en política dentro del socialista y laico partido del Congreso de la dinastía Nehru-Gandhi.
Desde 1969, fecha de su entrada en el Parlamento, Mukherjee hizo casi de todo, ya fuera al frente, sucesivamente, de los Ministerios de Exteriores, Finanzas o Defensa, o decidiendo los planes económicos del país en la Comisión de Planificación.
Sus cinco décadas de experiencia le granjearon el respeto y reconocimiento de los principales partidos de la oposición, si bien su gestión no estuvo exenta de controversias por su supuesta relación con el importante grupo industrial indio Reliance.
Quienes le conocieron destacan de él su intelecto, su mente activa y capacidad de trabajo, que él mismo confirmó al asegurar que apenas lograba encontrar tiempo para su familia -dos hijos y una hija- y que a menudo se limitaba a darle a su esposa un beso de buenas noches.
El 25 de julio de 2012, con 76 años de edad, fue elegido como el decimotercer presidente de la India, un cargo protocolario y sin funciones ejecutivas de acuerdo con la Constitución del país.
Mukherjee ejerció este cometido entre viajes diplomáticos a múltiples países desde el palacio de Rashtrapati Bhavan, una residencia de la era imperial británica con 340 habitaciones situada en lo alto de las colinas delhíes de Raisina.
Tras velar durante cinco años por la salud de la «vibrante» -según él mismo definió en declaraciones a Efe en una ocasión- democracia india, fue sucedido por Ram Nath Kovind, miembro de la marginada comunidad dalit o «intocable», quien ocupa el simbólico cargo desde el 25 de julio de 2017.
En aquel momento, decidió retirarse de la vida política debido a algunas complicaciones de salud derivadas de su avanzada edad, si bien continuó apareciendo esporádicamente en eventos y participando de la vida pública.
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