Una mujer tailandesa ha sido acusada del asesinato de su hija de cuatro años de edad y el intento de homicidio de otro niño de dos años a su cargo a los que presuntamente envenenaba para hacerlos pasar por enfermos y pedir donaciones en Internet.
La acusada, identificada como Nittha W., tenía en sus cuentas bancarias 15 millones de bat, unos 480.000 dólares, poco antes de ser detenida el pasado 18 de mayo en Bangkok acusada de homicidio, maltrato, trata de personas y fraude, según reveló la policía.
Nittha comenzó a pedir donaciones y vender artículos en Internet tras asegurar que su hija, llamada Yim, tenía una «enfermedad rara», por lo que tuvo que ser ingresada en el hospital siete veces desde diciembre de 2018, detalla la investigación.
Los médicos del hospital de Thammasat en Bangkok, donde Yim fue tratada, indicaron en una rueda de prensa a finales mayo que la menor terminó falleciendo en agosto de 2019 debido a un sangrado gastrointestinal alto, pero entonces nadie sospechaba nada de la madre.
Pronto también enfermó Im, un niño de dos años y fruto de un embarazo no deseado que una madre adolescente había entregado a Nittha para que lo cuidara, aunque sin cumplir trámite legal alguno.
Im fue ingresado en el hospital de Thammasat el 13 de enero de este año con los labios quemados y vómitos de sangre, así como el esófago perforado, lo que levantó las sospechas de los médicos porque eran síntomas parecidos a los de Yim.
Cuando los médicos prohibieron las visitas al menor, este se recuperó y fue dado de alta el 15 de mayo.
Los médicos alertaron a la Policía e Im fue puesto bajo el cuidado del Ministerio de Desarrollo Social y Seguridad Humana.
Los médicos del hospital señalaron que los síntomas del niño son similares a los de pacientes intoxicados con cloro u otras sustancias corrosivas.
De acuerdo con la investigación policial, la madre de Im conoció a la acusada en las redes sociales y decidió entregarle a su hijo al creer que Nittha era una farmacéutica y podía darle una vida mejor.
Nittha abrió tres cuentas bancarias bajo el nombre de la madre de Im que usó para recibir las donaciones y vender artículos en Internet, incluidos mascarillas y termómetros.
La Policía continúa investigando si la acusada contaba con cómplices.
El caso, que ha escandalizado e indignado a muchos tailandeses, ha puesto en evidencia los problemas que tienen las mujeres para abortar, en el sistema de adopciones y la falta de apoyo estatal a personas vulnerables como las madres adolescentes.
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