El gobierno de transición de Bolivia quitó este jueves el velo a la suite presidencial que ocupó Evo Morales en la Casa Grande del Pueblo, un gran edificio que convirtió en sede de gobierno en La Paz, para mostrarla a los medios y señalar un supuesto derroche de recursos y una vida de lujo.
«Parece una habitación de un jeque árabe. El derroche de dinero que se ha hecho para la construcción de este palacio, realmente, es un insulto para todos los bolivianos», aseguró a los medios Roxana Lizárraga, ministra de Comunicación.
El nuevo gobierno denuncia un gasto innecesario
La suite de Evo Morales estaba en uno de los pisos de la gran edificación de 29 plantas que estrenó en agosto de 2018 y que reemplazó al viejo Palacio Quemado de La Paz, un edificio histórico justo a sus espaldas.
«Para un lugar de descanso, creo que no necesitas esto», recalcó Lizárraga, antes de empezar la visita.
Lo primero que se vio al ingresar fue una sala de reuniones y un comedor en un ambiente amplio con muebles diseñados, donde supuestamente había un servicio de comida y, especialmente, bebidas, dijo la ministra.
Ese espacio tenía algunas vitrinas de madera y cristal que estaban vacías, de donde, contó, se sacaron varios objetos valiosos que eran obsequios al Estado boliviano, aunque no precisó cuáles.
La ministra advierte que sacaron documentos
Lizárraga afirmó que este jueves en la madrugada un grupo de ex funcionarios llegó en vehículos e ingresó a las dependencias de la Casa Grande del Pueblo para llevarse objetos de valor y documentación.
«Tenemos reportes y testigos que observaron que sacaron -en cajas- varias cosas de estos ambientes», recalcó.
El recorrido prosiguió con el dormitorio que utilizaba Evo Morales, que tiene una cama de madera adornada con motivos indígenas.
En las mesas de noche había varios objetos de uso cotidiano como hojas, lámparas, un pequeño portarretrato con una imagen de Morales y una colección de la nueva serie de billetes de Bolivia.
A su vez, un televisor sobre una especie de cómoda en la que supuestamente había equipos de comunicación, comentó Lizárraga.
Tras atravesar un pequeño pasillo con roperos empotrados a los costados, la incursión fue hasta el baño que usaba Morales, en el que hay un jacuzzi y una ducha.
En el lavadero había algunos enseres personales que no salían de lo común, como un cepillo de cabello y otro de dientes.
El futuro incierto de la sede de gobierno
«No queremos utilizar estas instalaciones porque no nos sirven», manifestó Lizárraga. En ese sentido, indicó que el próximo gobierno se encargará de determinar qué uso se dará a la edificación.
«El lujo es demasiado», afirmó la ministra, quien durante el recorrido empleó términos como palacete y locura para describir el espacio. Lizárraga aseguró que a la edificación solo accedían ministros y personal de seguridad, pero sin que durante la visita se viera una llamativa ostentación.
La construcción de la Casa Grande del Pueblo comenzó en 2014 y requirió una inversión de unos 34,6 millones de dólares.
La torre es el edificio más alto de La Paz, con 29 pisos, incluido un helipuerto en la cima. Tiene una superficie construida de casi 31.800 metros cuadrados, donde antes estuvo una casa patrimonial, y está decorado con motivos de culturas originarias de Bolivia.
En sus instalaciones funcionan ministerios como Presidencia, Comunicación, Culturas y Energías. Además, es escenario para la promulgación de leyes o las comparecencias de Morales, sus ministros o dirigentes sindicales afines.
Los detractores de Morales cuestionaron los gastos en esa edificación, mientras que él aseguró que ayudaría a reducir los costos por alquileres de dependencias públicas.