Un alpinista británico y otro irlandés murieron en el Everest, lo que eleva a 10 víctimas mortales esta temporada de gran atasco en el llamado techo del mundo, informaron este sábado 25 de mayo los organizadores de la expedición y autoridades locales.
«Un montañero británico llegó a la cima esta mañana pero se desmayó y murió 150 metros más abajo», afirmó Murari Sharma de la Expedición Everest Parivar. Se trata de Robin Fisher, de 44 años de edad.
«Nuestros guías intentaron ayudarle pero murió poco después», declaró a la AFP Murari Sharma.
Otro organizador de escaladas confirmó en su página de Facebook la muerte de un irlandés de 56 años de edad durante este viernes en el flanco tibetano de la montaña.
Decidió regresar sin haber alcanzado la cumbre pero murió en la tienda de campaña en el collado Norte, un paso de montaña a 7.000 metros de altura.
Esta semana han muerto también un alpinista estadounidense, un austríaco, un nepalés y cuatro indios. Un irlandés está desaparecido y dado por muerto tras caer cuando se encontraba cerca de la cima.
Al menos cuatro de los decesos se atribuyen al embotellamiento existente en la llamada «zona de la muerte». La afluencia es tal que se teme que la concesión de permisos se haya hecho en detrimento de la seguridad.
Como a finales de mayo termina la llamada ventana de oportunidad, es decir, las pocas semanas con condiciones menos extremas, el número de personas que coinciden en la misma ruta para intentar llegar a la cima de la montaña aumenta a diario.
Este año Nepal concedió para la temporada de primavera un récord de 381 permisos, al precio de 11.000 dólares cada uno. Cada titular de un permiso va acompañado por al menos un guía, lo que explica los atascos.
A causa de la afluencia, los equipos tienen que hacer fila en medio de unas temperaturas glaciales para alcanzar la cima, exponiéndose al congelamiento o al mortífero mal de altura.
La alpinista india Anuja Vaidya, de 21 años de edad, que alcanzó la cumbre el miércoles, afirmó que su equipo tuvo que esperar más de una hora en el descenso porque había una fila de montañeros en el camino.
«Tuve miedo y estaba preocupada», declaró Vaidya. »Hacía mucho frío y soplaba mucho viento. Pero no podíamos bajar, porque había mucha gente haciendo fila», añadió.
Vaidya pudo regresar sin sufrir lesiones, pero afirmó que vio a muchos montañeros afectados por congelación en el campamento base.
Otros ocho montañeros murieron esta temporada en otras cimas del Himalaya de más de 8.000 metros de altura y dos más fueron dados por desaparecidos.
Lam Babu Sherpa, que coronó siete veces el Everest, advirtió que tal afluencia puede ser fatal, especialmente si los equipos no llevan oxígeno extra.
«Había más de 200 personas en esa fila, y uno no puede adelantarlos.Era muy difícil, vimos equipos esperando durante dos o tres horas» el miércoles, indicó Sherpa.
Se estima que el viernes unas 600 ya habían alcanzado la cima por el flanco nepalés, afirmó una fuente gubernamental basándose en la información proporcionada por las empresas organizadoras de las expediciones.
Al menos otras 140 recibieron permisos para escalar el Everest desde el flanco norte, en el Tíbet.