Ferdinand Piëch, presidente del fabricante automovilístico Volkswagen y responsable de su impulso internacional, murió a los 82 años de edad.
La información fue confirmada este martes por el consorcio, que ha ordenado que en varias de sus plantas las banderas ondeen a media asta en su memoria.
Su viuda informó sobre la muerte «repentina e inesperada» de Piëch, de quien dijo que su vida había estado marcada por «su pasión por el automóvil».
Piëch fue presidente del consorcio automovilístico Volkswagen entre 1993 y 2002 y posteriormente del Consejo de Vigilancia.
Para Hans Dieter Pötsche, presidente del Consejo de Vigilancia, Piëch «hizo historia» en el sector del automóvil como «apasionado gestor, genial ingeniero y visionario emprendedor».
Desde los años sesenta, «organizó, impulsó y marcó de forma determinante el desarrollo del automóvil, de la industria y sobre todo de Volkswagen como consorcio», agregó.
Expresó el «eterno agradecimiento» del consorcio y de sus empleados a Piëch. Dijo que su obra permanecerá siempre en el recuerdo, agregó.
Herbert Diess, presidente de Volkswagen, calificó a Ferdinand Piëch de «valiente, empresarialmente consecuente y técnicamente brillante».
Recordó que como joven ingeniero y con vehículos legendarios como el 917 y el triunfo en Le Mans convirtió a Porsche en una marca en el deporte del motor.
Al frente de Volkswagen, Piëch impulsó la internacionalización del consorcio. Integró marcas como Bentley, Lamborghini, Bugatti y de vehículos industriales como Scania y MAN.
«Con su equipo de desarrolladores llegó siempre a nivel técnico hasta los límites de lo posible» y aportó «a la fabricación de automóviles calidad y perfección hasta el detalle».
Piëch, nieto de Ferdinand Porsche, comenzó su carrera en 1972 en Audi, donde en 1988 asumió la presidencia y en 1993 pasó a presidir la junta directiva.
En 2002 fue elegido presidente del Consejo de Vigilancia de Volkswagen y en 2015 dimitió de todos sus cargos.
Tras el escándalo por la manipulación de gases contaminantes que salió a la luz en septiembre de 2015, Piëch acusó a su sucesor, Martin Winterkorn.
Ante la Fiscalía alemana, señaló que tenía conocimiento de ello mucho antes de lo que había reconocido.