El equipo de Médicos sin Fronteras debió abandonar ayer la ciudad de Kunduz Kabul, al norte de Afganistán, tras el bombardeo a uno de sus hospitales ocurrido el sábado por supuestas tropas estadounidenses.La organización internacional indicó que hubo 22 muertos por el ataque: 12 trabajadores de la ONG y 10 pacientes (entre ellos 3 niños). Joan Tubau, director general de la ONG en España, calificó, en un comunicado, el bombardeo como una grave violación del derecho internacional humanitario. ?Bajo la clara presunción de que se ha cometido un crimen de guerra, MSF exige que un órgano internacional independiente lleve a cabo una investigación profunda y transparente del incidente?, agregó.Tras conocerse sobre el ataque, Estados Unidos anunció que iniciaría una investigación. Pero Tubau considera insuficiente esta investigación, pues ese país forma parte del conflicto. El director insistió en la gravedad de lo sucedido, al reiterar que ?el edificio principal del hospital, donde el personal médico cuidaba de los pacientes, fue alcanzado repetidamente y de forma muy precisa durante los ataques aéreos?.