El movimiento indígena de Ecuador, que encabeza las protestas contra las medidas de austeridad económica adoptadas por el gobierno a petición del Fondo Monetario Internacional, aceptó el diálogo ofrecido por el presidente Lenín Moreno, tras 10 días de protestas y disturbios en el país.
A pesar de que inicialmente se había negado rotundamente a conversar con Moreno si este no reponía los subsidios a los combustibles, principal exigencia de las protestas, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador anunció este sábado, en un boletín, que se abre al diálogo directo con el presidente.
El cambio de postura de la principal federación de indígenas de ese país llegó a esa consideración tras «un proceso de consulta con las comunidades, organizaciones, pueblos, nacionalidades y organizaciones sociales», se indica en un boletín.
El contenido de la nota de prensa ya había circulado a última hora del viernes, pero desde la Dirección de la Conaie, encabezada por Jaime Vargas, se había calificado de falso y se reiteraba la postura inicial de no dialogar hasta que se derogara el decreto 883, que eliminó los subsidios a los combustibles.
También exigían en un principio las renuncias de la ministra de Gobierno (Interior), María Paula Romo, y de Defensa, Oswaldo Jarrín, a los que hacen responsables de la represión de las protestas.
Ahora, en cambio, el movimiento indígena dialogará con miras a la derogación del decreto pero también de cara a su «revisión», aunque aclaró que no conversará «sobre ningún tipo de compensación», y no menciona nada sobre los ministros.
Las protestas
El acercamiento entre las posturas inicialmente intransigentes del gobierno y de los indígenas ocurre después de que se registraron a escala nacional al menos 4 muertos, más de 850 heridos y más de 1.000 detenidos en las protestas que se iniciaron el 3 de octubre.
Los enfrentamientos entre los manifestantes y la policía continuaron este sábado con un número aún por determinar de heridos en el centro de la ciudad, que quedó casi sitiado por los distintos bloqueos en sus accesos.
Los alrededores al parque de El Arbolito y la Casa de la Cultura Ecuatoriana, tomada por miles de indígenas como su cuartel en estas protestas, fueron escenario de una gran batalla campal con barricadas, fogatas y bombas lacrimógenas que lo dejaron todo lleno de cortinas de humo.
Las manifestaciones también se extendieron al resto de la ciudad, especialmente a la zona norte, donde están los barrios más acomodados y pudientes, que fueron atravesados por distintas marchas, una de ellas solo formada íntegramente por miles de mujeres.
Los bloqueos y manifestaciones también se repiten en el resto del territorio ecuatoriano, lo que ha provocado problemas de abastecimiento de alimentos y combustible en varias provincias.