El monumento de Madrid a las víctimas del atentado yihadista del 11 de marzo de 2004, el mayor de la historia de España, comenzará a desmontarse a partir de la segunda quincena de agosto por obras en el metro de la ciudad, y será sustituido por otro símbolo aún por decidir.
El 11 de marzo de 2004, tres días antes de las elecciones generales, varias explosiones en trenes de cercanías madrileños en la céntrica estación de Atocha acabaron con la vida de 193 personas y dejaron centenares de heridos en el que es hasta el momento el atentado más sangriento perpetrado en España.
El monumento actual en homenaje a las víctimas, inaugurado en 2007 y conocido como El cilindro, será desmontado debido a las obras de ampliación de una línea de Metro a su paso por la estación de Atocha, según explicó el gobierno de la Comunidad de Madrid en una reunión con periodistas.
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El cilindro, de 11 metros de alto, será sustituido por otra obra que saldrá de una mesa de trabajo en la que participarán las asociaciones de víctimas del atentado.
Con tal fin el consejero de Transportes, Vivienda e Infraestructuras madrileño, Jorge Rodrigo, se reunió ayer con las nueve asociaciones para comunicarles el proyecto y crear esta mesa de trabajo para decidir qué hacer con las piezas de vidrio del cilindro tras su retirada y qué tipo de monumento lo sustituirá.
El monumento ocupa una superficie de 440 metros cuadrados en su parte inferior y el nuevo cuadruplicará el espacio hasta los 1.993 metros cuadrados, en los que se integrará el nuevo vestíbulo de la estación de Atocha, que se estima que será una de las más transitadas de Metro, con 15 millones de viajeros al año.
En el nuevo vestíbulo habrá un espacio de 166 metros cuadrados separado por una mampara de cristal a modo de zona de recogimiento, mientras en el resto del espacio habrá referencias a los atentados de acuerdo con las propuestas que hagan las víctimas en sus reuniones con la consejería.
Las obras, que comienzan en agosto, tendrán una duración aproximada de un mes, y la Comunidad de Madrid estima que en septiembre se podrá celebrar la primera reunión de la mesa de trabajo con las víctimas, una vez concluido el desmontaje de la primera parte, la inferior del cilindro, que es un espacio de reflexión con los nombres de las víctimas grabados con láser.
La Comunidad de Madrid también acometerá las obras para retirar la parte superior de este monumento, que es la que se ve desde la calle, y será el Ayuntamiento de Madrid el encargado del nuevo proyecto de la parte exterior.
Además, la consejería explicó que el desmontaje se hará con el “máximo respeto”, y añadió que con este proyecto buscan “dar más dignidad a ese espacio”, ya que consideran que en su forma actual muchos ciudadanos “ni lo conocen”.
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