Mitzy Capriles, la esposa del alcalde metropolitano Antonio Ledezma, detenido desde hace más de dos años, acudió a la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, en Ginebra, donde fue recibida por el alto comisionado, Zeid Ra’ad Al Hussein, a quien expuso los últimos eventos de la crisis en Venezuela.
“El gobierno venezolano no permite que el alto comisionado entre al país, pero eso no impide que nosotros, los opositores, le expongamos con documentos lo que está sucediendo”, explicó Capriles luego de la reunión.
Sostuvo que pese a las presiones que sufre, la oposición persistirá en sus esfuerzos para que el mundo mantenga su atención sobre Venezuela y que los gobiernos, especialmente del hemisferio americano, “se den cuenta de que Venezuela necesita una mano”.
“No queremos una injerencia militar, sino una presión moral, y que se bloquee la venta de armas”, explicó.
“Venezuela está viviendo una dictadura ante la que el mundo no puede ser indiferente, porque no se puede permitir que se establezca un bodrio comunista como en Cuba”, agregó Capriles. Ginebra fue la última etapa de un viaje a Europa que la llevó antes a Madrid y Bruselas.
Capriles sostuvo que el estado de salud del alcalde es estable, a pesar del tiempo de encierro –tres meses en una prisión militar y dos años y un mes en detención domiciliaria– en el que no ha recibido luz natural.
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