La ministra de Medioambiente, Carolina Schmidt, reconoció este miércoles que el gobierno de Sebastián Piñera no estaba preparado para el despertar de Chile. Al mismo tiempo, insistió en que no habrá impunidad frente a los abusos que hayan podido cometer miembros de las fuerzas de seguridad de su país.
En un acto en Madrid, previo a la celebración de la cumbre del clima, Schmidt puso en valor el modelo de éxito que ha sido Chile en los últimos años. Resaltó que ese país cuenta con el mayor crecimiento en toda la región. Además, ha habido una reducción de la pobreza desde un tercio hasta 6% entre 2000 y 2016.
«Lamentablemente este modelo de éxito no llegó por igual a todos los chilenos«, admitió la ministra. Aseguró que eso explica el despertar en Chile que se originó a partir del 18 de octubre, con protestas desencadenadas por la subida del precio del boleto del Metro.
«Chile despertó porque la desigualdad es germen de malestar y afecta directamente a la dignidad de las personas», dijo. «También, porque tenemos nuevas generaciones, más educadas, con otros sueños y demandas y, sobre todo, con otras expectativas», añadió.
«No estábamos preparados para esta crisis y hemos cometido errores, y lo sentimos profundamente», manifestó Schmidt. No obstante, indicó que es difícil estar preparado para una situación de esta magnitud.
Así, resaltó que una gran mayoría de los chilenos despertó de una manera pacífica, pero una minoría lo hizo de manera violenta. Este último escenario, se tradujo en la quema de estaciones de Metro, incendios masivos y saqueos. Algo que, consideró, afectó especialmente a la clase media.
No habrá Impunidad
Frente a esta situación, la titular de Medioambiente defendió que la gran mayoría de las fuerzas del orden actuó salvando vidas si bien ha habido excepciones inaceptables que lamentan y sobre las cuales no habrá impunidad tal y como señaló el presidente Piñera.
«Todos los hechos denunciados serán investigados con todo el peso de la ley», recalcó la ministra chilena, que prometió que el gobierno no se quedará de brazos cruzados ante las denuncias sobre abusos de los derechos humanos, pero también defenderá el derecho de los chilenos de ser defendidos.
Schmidt subrayó que el despertar de Chile ha tenido un coste para todos los chilenos porque se han perdido vidas, se han dañado bienes y la credibilidad de las fuerzas de seguridad, además de haberse destruido 300.000 empleos.
Otra de las consecuencias de esta crisis, recordó, es el que Chile haya tenido que declinar ser anfitrión de la cumbre sobre el cambio climático (COP25), que finalmente se celebrará en España.
Schmidt puso en valor el que el gobierno ha sabido escuchar en menos de un mes y ha llegado a un acuerdo para la elaboración de una nueva Constitución.
«Una hoja en blanco, una Constitución del futuro en la que todas las voces quepan». «Este gobierno apostó por el diálogo para resolver los problemas«, añadió. Al mismo tiempo, aseguró que Chile no se quiebra, tiene coraje y tiene resiliencia, y va a salir como un mejor país.