Más de 12.000 personas marcharon este lunes en el centro de Moscú en defensa de la libertad de Internet. La protesta surgió después de que Rusia bloqueara el servicio de mensajería Telegram luego de que este se negara a entregar a las autoridades del país las claves para descifrar los mensajes de sus usuarios.
A la manifestación acudieron muchos opositores al Kremlin y al presidente ruso, Vladímir Putin, pese a que la marcha fue -en esta ocasión autorizada por el Ayuntamiento de Moscú- convocada por el casi desconocido Partido Libertario de Rusia.
Los ciudadanos llevaban pancartas a favor de Telegram y con mensajes contra la censura en Internet. Además, se sumaron las habituales «Rusia sin Putin» y «Putin, ladrón» que se escuchan en los actos convocados por el líder opositor Alexéi Navalni, quien también acudió a la marcha.
«No lo voy a tolerar en silencio. Enciendo la televisión y veo que unos tipos con jetas obesas han decidido que tienen derecho de leer lo que escribo en Telegram», exclamó Navalni durante el mitin.
El político opositor, considerado por muchos el único con tirón para hacer frente a la maquinaria del Kremlin, defendió Internet como la última parcela de libertad que queda en Rusia.
«Nuestro país es realmente miserable, sin ninguna perspectiva. El único ámbito que se ha desarrollado en los últimos años por su propia cuenta, sin el Estado, sin subvenciones, sin privilegios, es Internet. Y ahora, esta gente nos dice que nos portamos mal en ese Internet, y que se lo van a comer», aseveró desde la tribuna.
El creador del popular servicio de mensajería, Pavel Dúrov, se mostró orgulloso por la respuesta a la convocatoria.
«Miles de jóvenes progresistas defienden en estos momentos en Moscú la libertad de Internet. Es algo sin precedentes. Estoy orgulloso de haber nacido en el mismo país que esas personas», escribió el emigrado empresario en su cuenta de Telegram.
Dúrov, que también creó la red social Vkontakte, la mayor de toda Europa, cree que «Rusia está en una encrucijada» en la que se decidirá si la libertad en internet es innegociable en este país.
«El futuro de Internet está en vuestras manos. Rusia está en una encrucijada. Todavía no se ha adoptado una censura total. Si no se hace nada, Rusia perderá Telegram y otros servicios populares», dijo el empresario a todos los rusos.
El regulador ruso de las comunicaciones, Roskomnadzor, ha bloqueado en los últimos días decenas de millones de direcciones IP con el objetivo de impedir el funcionamiento de Telegram, en cumplimiento de una sentencia judicial que ha prohibido el servicio de mensajería.
En su empeño de hacer caer todos las direcciones IP en las que se refugia Telegram para evitar su bloqueo, Roskomnadzor ya ha perjudicado a millones de usuarios y a decenas de grandes compañías de Internet como Google, Apple y Amazon.
Los internautas rusos se quejan en masa de problemas para acceder y usar con normalidad la web de Amazon; servicios de Google como Youtube, Gmail, Google Play y Google Drive, y la tienda digital de aplicaciones AppStore de Apple, entre muchos otros.
Incluso la multinacional rusa Yandex, líder en el mercado nacional de tecnologías de la información, ha criticado con dureza la campaña para bloquear Telegram.
«El mercado ruso solo puede desarrollarse en condiciones de competitividad abierta. La falta de libertad y de elección es la consecuencia más peligrosa del bloqueo», ha advertido la directora de relaciones públicas de Yandex, Ochira Mandzhíkova.
Paralelamente, Roskomnadzor inició negociaciones con Google y Apple para que eliminen la aplicación de Telegram de sus tiendas online, sin que de momento haya conseguido avances en la consecución de su objetivo.
Pero pese a todos los esfuerzos de las autoridades, Telegram sigue funcionando a pleno rendimiento en todo el país.
«Estamos viendo cómo la falta de comprensión de los principios que rigen el funcionamiento del internet moderno ha provocado restricciones en el acceso a numerosas páginas web», advirtió Andréi Rogózov, el gerente de VKontakte.
Rogózov recalcó que la exigencia de entregar los códigos para el descifrado de las comunicaciones es «imposible de cumplir por definición», porque no hay manera de acceder a la información si no es mediante la terminal que la contiene.
«La tecnología para garantizar la seguridad de los datos es de encriptación punto a punto, y se lleva a cabo en los aparatos de los usuarios», explicó.