Miles de chilenos recibieron el “Año Nuevo con Dignidad” en un clima festivo en la plaza Italia de Santiago.
La plaza Italia se convirtió en el bastión más representativo de un estallido social que ha dejado casi una treintena de muertos.
Como la Plaza de la Dignidad está rebautizada por los manifestantes, escenario de gigantescas manifestaciones sociales desde mediados de octubre.
Las protestas han sido en reclamo de reformas sociales y económicas en un país que estuvo considerado hasta hace poco el más estable de América Latina y en camino firme hacia el desarrollo.
“Este año no podía no pasarlo aquí. Todo esto que nos ha pasado hay que celebrarlo, porque lo que viene, con todo el costo que sea, será algo construido por las mayorías”, dijo a la AFP Rafael Vergara, de 45 años de edad, uno de los tantos que se acercó a la plaza Italia.
Varios trabajadores de diversos puestos de comida ofrecieron una cena de Año Nuevo a las personas en la plaza.
“La zena cero, la única comida que vale es la del pueblo”, reza un cartel de uno de los puestos que ofrecía alimentos en este lugar.
La frase menciona un juego de palabras que alude a la ‘zona cero’ de las protestas.
A medida que se fue acercando la medianoche, cada vez más personas llegaron hasta este lugar. Allí, artistas como la rapera Ana Tijoux hicieron una breve presentación desde uno de los balcones de los edificios aledaños.
Justo a las 12:00 vinieron los abrazos y el disparo de fuegos artificiales, siempre en un ambiente festivo y resguardado de lejos por funcionarios policiales.
«El ambiente está muy bueno; me motivó la unión de la gente. Estamos todos unidos por una causa para salir de todo esto en lo que estamos», dijo a la AFP Manuel Fredes, de 41 años de edad, que pasó las 12 en la plaza Italia.
El ambiente era muy diferente al del viernes pasado cuando hubo violentos enfrentamientos con la policía y un manifestante murió al caer en un pozo huyendo del carro lanza-agua.
Durante toda la semana circularon convocatorias en redes sociales para despedir en ese lugar al 2019.
2019 fue un año marcado por las protestas que arrancaron el 18 de octubre, por el alza en el pasaje del boleto del Metro de Santiago. Luego se extendieron a un masivo reclamo en contra del gobierno del derechista Sebastián Piñera y en favor de reformas sociales, en un país que, detrás de sus buenas cifras macroeconómicas, escondía una gran disconformidad social.
La manifestaciones se saldan hasta ahora con 29 muertos; mientras tanto, para el próximo 26 de abril se celebrará un plebiscito que definirá si se cambia o no la Constitución vigente. Esta carta magna es una herencia de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), luego de un gran acuerdo político en respuesta a los reclamos de la calle.
“Esto está buenísimo para terminar el 2019 con buena onda; nos los merecemos por todo lo que hemos logrado, pero 2020 viene con una lucha mucho más intensa”, advierte Javier Becerra, un diseñador gráfico de 39 años de edad que fue hasta plaza Italia.
Amplio apoyo al movimiento social
Diversas encuestas señalan que más de 60% de las personas apoya el movimiento en el país, pero despiden el año con la sensación de una economía a la baja y el descrédito de casi todas las instituciones, revela un estudio publicado en el diario La Tercera que resume los datos bajo el título: Ni tranquilos ni contentos.
La policía, que en gran número había resguardado la plaza Italia en las jornadas previas, el martes en la noche casi no se veía en la zona las cercana; pasada la medianoche permanecía a varias cuadras de distancia sin dispersar a los manifestantes.
Otras 10 fiestas privadas en distintos clubes de la ciudad fueron autorizadas en Santiago. La tradicional celebración de la Torre Entel, en los alrededores del palacio presidencial de La Moneda, se suspendió por la contingencia.
La festividad por Año Nuevo ha llegado a reunir hasta medio millón de personas en un espectáculo pirotécnico seguido por presentaciones musicales.
No obstante, la tradicional fiesta de fin de año de pirotecnia en el puerto de Valparaíso, el más turístico de Chile, se mantuvo, aunque esta vez no fue seguida de ninguna celebración bailable en las calles.
Medios locales reportaron cacerolazos y algunas barricadas en el centro de la popular ciudad portuaria de la costa chilena.