El presidente argentino Javier Milei recibió este sábado la ciudadanía italiana en su visita a Roma donde se reunión con la primera ministra Giorgia Meloni y participó del festival anual Atrejú que organiza el partido gobernante, Hermanos de Italia, donde defendió su política de shock.
«Los argentinos y los italianos estamos unidos por un linaje común y lazos profundos», dijo Milei en su discurso durante el festival donde repasó el primer año de su gobierno y se definió como «un economista, no un político».
«Siempre desprecié a los políticos por el daño profundo que le hicieron a mi país, recién me involucré en política por primera vez a los 51 años, así que el manual de cómo hacer política, cómo negociar, cómo comunicar, como hablar en cámara, qué se puede decir y qué no, nunca lo estudié ni tampoco lo apliqué», dijo el presidente argentino, de 54 años.
«Yo tengo mis propias recetas que no son tan políticamente correctas ni tan profesionales, pero no se puede negar que, por ahora, nos han dado resultado, al menos funcionan», afirmó.
Su gobierno consiguió equilibrar las cuentas públicas y disminuir drásticamente la inflación del 25,5% mensual en diciembre -cuando devaluó la moneda un 52%- al 2,4% en noviembre, aunque con un fuerte ajuste en la economía que produjo un salto en la pobreza de 11 puntos en apenas seis meses cuando se ubicó en 52,9%.
«Si el trago es amargo, mejor tomarlo de una vez», dijo Milei al defender su política de shock que mantiene un alto apoyo pese al costo social.
Milei rechaza consenso
Ante Meloni y frente a un auditorio que lo aplaudió fervientemente en el Circo Máximo romano, Milei volvió a rechazar todo consenso. «Nos importa un rábano la opinión de los políticos sobre casi todos los temas», dijo.
«Debemos ser quienes dictemos el ritmo de los acontecimientos, asegurándonos de que el juego se juegue según nuestras reglas y si nos toca recibir un golpe, debemos responderles con tres», dijo al repasar el «decálogo» de su gobierno.
El gobierno italiano le concedió la ciudadanía a él y a su hermana Karina que lo acompañó en la visita oficial como secretaria general de la presidencia.
Milei cumple los requisitos para optar a la ciudadanía debido a sus ancestros italianos, pero la medida desató indignación en la oposición italiana que ha hecho campaña para que se facilite el trámite a niños nacidos en el país de padres migrantes.
Riccardo Magi, diputado del partido de la oposición Más Europa, declaró que la concesión de la nacionalidad a Milei representa un «insulto» y constituye un acto de «discriminación intolerable contra tantos jóvenes que sólo la obtendrán al cabo de muchos años».
En Italia, los extranjeros necesitan residir durante diez años antes de poder solicitar la ciudadanía, y los hijos de extranjeros nacidos en el país no pueden solicitar la nacionalidad hasta cumplir 18 años.
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