Una serie de tiendas improvisadas con palos, sabanas y bolsas de plástico en un parque sirven de refugio para los migrantes venezolanos en Cali, Colombia. La mayoría anhela con regresar al país.
“Aquí hay niños, hay personas embarazadas, aquí hay adulto mayor. Somos casi 200 personas estamos necesitando ese transporte para que nos lleven a la frontera venezolana”, indica Jorge Rondón a la Voz de América.
Es un sitio donde el riesgo de contagiarse de covid-19 es latente, tomando en consideración que la capital del Valle es la segunda ciudad en Colombia con más casos positivos, después de Bogotá.
El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, dijo que gestionaron seis traslados humanitarios para 1.286 venezolano. Sin embargo, anunció que la ciudad ya no cuenta con más recursos disponibles.
“Necesitamos que haya una mesa internacional de diálogo sobre este proceso, entre Ecuador, Colombia, Venezuela, Brasil; necesitamos que haya concurrencia de recursos para poder trasladar al migrante a su país y necesitamos que el presidente Nicolás Maduro piense en su pueblo. No puede trasladarle semejante responsabilidad a ciudades y países que bastante condiciones precarias tenemos”, detalló el alcalde en declaraciones a la VOA.