Los menores migrantes no acompañados son en España objetivo de la mayor parte de los discursos de odio que se difunden en las redes sociales, con mensajes que los deshumanizan y presentan como una amenaza para la sociedad.
Es una de las principales conclusiones del Informe Anual de Monitorización del Discurso de Odio en Redes Sociales, presentado este martes por el gobierno.
En conferencia de prensa, la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, denunció la proliferación de este fenómeno y que 45,5% de los comentarios de odio sobre ellos son para vincularlos directamente con la inseguridad ciudadana.
El lenguaje es agresivo en 65,09% de los casos, sin tener en cuenta que se trata de niños sin la tutela de sus padres u otros familiares en un país que no es el suyo y en una situación de extrema vulnerabilidad.
La población de origen marroquí es la destinataria de la mayor parte de ese odio en redes sociales, y los contenidos racistas e islamófobos son los mayoritarios en las cinco principales plataformas analizadas, que sólo retiraron la mitad de los mensajes denunciados en 2023.
El informe resalta que las personas originarias del norte de África y el islam son los objetivos prioritarios de esos discursos: 33,7% y 26,2% del total, respectivamente.
En 2023 se notificaron 2.655 casos de contenido de odio racista, xenófobo, antisemita, antigitano o islamófobo que podían ser constitutivos de delito, infracción administrativa o que violan las normas de conducta de redes de internet observadas para ese estudio: Facebook, Instagram, TikTok, Youtube y X.
De ellos, en 53,7% se deshumaniza o degrada gravemente a las víctimas, y en 21,6% se incita a la expulsión de los inmigrantes en general.
Según detalla el informe, la inseguridad ciudadana constituye el desencadenante más frecuente del discurso de odio detectado (39,5% de los casos), generalmente sin fundamento.
«Esta estigmatización genera un ambiente hostil. Además, puede alimentar el miedo y resentimiento hacia ciertos grupos de la población, arrastrándonos a una mayor fragmentación y conflicto social», señala el informe.
La acogida de menores no acompañados es uno de los desafíos de la fuerte presión migratoria desde el continente africano que soporta España, en particular el archipiélago atlántico de la islas Canarias, donde entran de manera irregular varias decenas de miles de personas cada año por vía marítima.
Entre ellas figuran esos niños que llegan sin familiares, unos 6.000 actualmente en las Canarias. Esto ha desbordado la capacidad de acogida de las autoridades insulares, que reclaman que sean repartidos entre otras regiones españolas con un número menor de menores migrantes para poder darles una atención adecuada.