El pescador artesanal de San Andrés a veces prefiere dedicarse a recibir migrantes irregulares para pasarlos a Centroamérica que dedicarse a su oficio tradicional. Con esa frase, en la que no generaliza, el gobernador Everth Hawkins se refirió a la grave situación migratoria que se vive en la zona, donde a veces es más rentable esta práctica que pescar.
La más reciente alerta a la situación la dio a conocer ayer por la Procuraduría General de la Nación, que realizó una visita a San Andrés, donde recibió el reporte de la Armada de un estimado de 59 migrantes que desaparecieron en los últimos cuatro meses de 2022.
La cifra, para el procurador delegado Javier Sarmiento, es preocupante, pues dice que se ha incrementado la presencia de migrantes de varias nacionalidades que quieren llegar a Estados Unidos a través de Centroamérica, y como sea se arriesgan a pasar en lanchas no bien equipadas por aguas de San Andrés.
Para ello, el Ministerio Público identificó al menos cinco rutas ilegales por diferentes pasos en el norte y el sur de San Andrés, siendo una de las más movidas la ruta que conecta desde cayo Albuquerque o cayo Pescador a Blue Fields y Corn Island.
Situación en San Andrés
Por esa zona, varias personas se ofrecen a pasar a migrantes con precios que van desde los 1.100 dólares hasta los 5.000, con tal de conectarlos con el país vecino.
Y es que el viaje, para muchos, es menos hostil que para otros, pues ya hay hasta planes vip en los que las personas compran paquetes desde ciudades como Medellín para llegar a hoteles de San Andrés y pasar en mejores lanchas.
Sin embargo, la mayoría de personas de países como China, Vietnam, Uzbekistán, Venezuela, Ecuador y República Dominicana se exponen a naufragios, robos y otras afectaciones en las que la Procuraduría advierte que falta mayor trabajo a nivel institucional, sobre todo de entidades de orden nacional.
Una fuente que día a día sigue de cerca la migración en San Andrés le contó a este diario que la última llamada que se recibió por cuenta de alguien que desapareció en la zona, rumbo a Centroamérica, fue el 7 de diciembre del año pasado, el cual cerró con cuatro naufragios que dejaron el cálculo de 59 desaparecidos.
Desde entonces no se han documentado desapariciones, pero sí son varios los problemas que persisten y ponen en riesgo la vida de niños y mujeres embarazadas, especialmente.
Otros detalles
Primero, dice la fuente, porque si bien “la navegación es tranquila al haber una barrera coralina, cuando se sale es duro, y más dependiendo del clima, pues se queda a mar abierto. Eso se suma a que lo que hacen los transportadores es que transforman lanchas de pesca para llevar personas, y no están hechas para eso”.
Incluso, dice Sarmiento que se ha visto que los traficantes talan árboles y contaminan con residuos sólidos el medioambiente. A lo que se suma el hallazgo de chanclas y pañales que pueden ir al mar porque quedan cerca de cambuches que sirven de hospedaje.
Según el procurador, “las autoridades no están adelantando las actividades de control migratorio salvo la Armada Nacional, que con sus capacidades limitadas hace procesos de interdicción marítima. Gracias a esta entidad se ha logrado recuperar a 804 personas”, siendo 97 personas rescatadas en lo corrido de este año, y el resto en operaciones realizadas en 2022.
Un problema para las autoridades
Ante las declaraciones, el gobernador Hawkins habló con El Tiempo y enfatizó que sus funcionarios sí han trabajado con la Oficina de Control, Circulación y Residencia (Occre ) en atender la situación que, a su parecer, “está desbordada”.
Por eso, el mandatario se sumó a las peticiones e indicó que esto es un problema que ya superó la capacidad de la Gobernación, y que por eso deben entrar a ayudar desde el gobierno Nacional, pues la gente que está de Migración Colombia en San Andrés no da abasto.
De acuerdo con Hawkins, la solución definitiva para esto será compleja, ya que se creó todo un sistema para atender a los migrantes y pasarse los filtros en el aeropuerto. Es decir, una vez aterrizan, son pocos aquellos a los que se logra devolver.
En cambio, la mayoría de personas tienen ya la dirección de un hostal o de una casa a la que supuestamente van a pasear, pero en realidad es una fachada organizada para despistar y así seguir su camino hacia Estados Unidos, adonde, dicen pescadores y rescatados, quieren llegar para tener una mejor vida.