Autoridades de México y Estados Unidos acordaron “sellar las fronteras” durante una reunión con el fin revisar la estrategia para congelar el flujo de armas que ingresa a ese país, informó la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, SSPC.
En un encuentro del Subgrupo Binacional sobre Tráfico de Armas, se acordaron reuniones ejecutivas cada 15 días para “desburocratizar las respuestas institucionales y sellar las fronteras, cada país desde sus responsabilidades y en un ámbito soberano”, indicó la SSPC en un comunicado.
Las autoridades estadounidenses comprometieron el esfuerzo de su gobierno “para enfrentar de manera firme el tráfico de armas que opera de manera trasnacional”, indicó la institución mexicana.
La SSPC precisó que las autoridades mexicanas informaron sobre la “situación actual en la zona fronteriza”, así como los esquemas de coordinación e intercambio de información para atender el flujo de armas en las aduanas.
En la cita participaron el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, el titular de la SSPC y los secretarios de Relaciones Exteriores, de la Defensa Nacional y de Marina mexicanos.
Esperan cambios
El canciller mexicano. Marcelo Ebrard, expresó luego que “habrá un antes y un después” en el tráfico ilegal de armas entre Estados Unidos y México tras la llamada del sábado entre los presidentes de ambos países, Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador.
La declaración de Ebrard fue en referencia a la llamada de Trump y López Obrador en la que acordaron una reunión entre sus funcionarios para plantear “acciones inmediatas” con el fin de congelar el tráfico de armas.
Ebrard confirmó que López Obrador le pidió a Trump congelar el tráfico de armas a México desde Estados Unidos, y que el jefe de la Casa Blanca le expresó su solidaridad sobre los hechos de violencia registrados en la norteña ciudad de Culiacán el jueves.
El canciller mexicano indicó que durante la converación telefónica López Obrador le expresó a Trump que “la más alta preocupación de México son las armas” porque 80% de las que se vieron en Culiacán provenían de Estados Unidos.
El jueves, una patrulla militar detuvo a Ovidio Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán, pero luego lo liberó a fin de evitar represalias del cartel contra la población de Culiacán.
La ola de violencia que desató el cartel de Sinaloa en Culiacán tras la captura de Guzmán López y hasta su liberación dejó 8 personas muertas, 16 heridas y una cincuentena de reos fugados de la prisión de esa ciudad.