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México intenta dialogar con migrantes para que desistan de cruzar hacia su territorio

por Avatar AFP

El gobierno mexicano intentaba este martes disuadir a los miembros de una nueva caravana de centroamericanos de ingresar a su territorio de manera irregular para avanzar hacia Estados Unidos. Los alentó a acogerse a programas de refugio y empleo temporal en el sur del país.

Mientras que alrededor de 500 migrantes estaban en las orillas del río Suchiate, fronterizo entre México y Guatemala, el canciller de México, Marcelo Ebrard, explicó en una rueda de prensa los ofrecimientos del gobierno a los centroamericanos.

«Vamos a seguir dialogando, vamos a seguir proponiendo. Hay la opción de refugio, de incluirse en los empleos que ofrece México. Esa será la posición de México. No sabemos si llegará otro contingente, pero mantendremos la misma posición», aseguró Ebrard.

Los centroamericanos, en su mayoría hondureños, están a la expectativa de que México ceda y les permita el paso libre por su territorio para llegar a Estados Unidos, donde aspiran a pedir refugio con el argumento de que huyen de la violencia y la pobreza.

«Nos entregaron una carta que lo que plantea esencialmente es que se suspenda la ley de migración mexicana para que ellos pasen por México», señaló Ebrard. Aseguró que el gobierno «no podría» acceder a tal planteamiento.

La llamada Caravana 2020 salió el 14 de enero de Honduras y al cruzar Guatemala se han unido migrantes de ese país, salvadoreños y nicaragüenses.

Alrededor de 3.500 migrantes integran el contingente, según cáculos de las autoridades centroamericanas.

Deportados

El lunes, varios cientos de centroamericanos se lanzaron a cruzar el Suchiate desde Tecún Umán, pero fueron contenidos por la Guardia Nacional de México, que usó gases lacrimógenos para detener su avance, aunque en medio de refriegas.

A muchos de los que se colaron, los agentes de seguridad los detuvieron en la carretera que va hacia la ciudad de Tapachula.

Este martes un grupo de 110 hondureños detenidos en México regresaron deportados a su país, informó el gobierno de Honduras, que espera la llegada de 140 personas más en el transcurso del día.

En tanto, en la frontera entre la guatemalteca Tecún Umán y la mexicana Ciudad Hidalgo, aproximadamente 500 centroamericanos mantenían una suerte de campamento a orillas del Suchiate, pero con escaso caudal en esta época del año.

«Aquí vamos a permanecer esperando una oportunidad», dijo a la AFP la hondureña Esther Madrid. Según dice, el dinero que gana en su natal San Pedro Sula no le alcanza. «Nuestros hijos tienen que comer», lamenta.

Algunos centroamericanos han instalado, incluso, tiendas de campaña improvisadas, donde se resguardan durante la espera. Se alimentan de comida en lata o de lo que compran a vendedores ambulantes en el lugar.

Un oficial de migración que pidió no ser identificado dijo a la AFP que la instrucción «clara» es «no permitirles el paso» a los migrantes.

Más allá de la vera del río, otros 1.200 integrantes de la caravana, la mayoría hondureños, se encontraban dispersos por Tecún Umán tras haber sido repelidos por los militares mexicanos.

México niega violencia contra migrantes

Cuando se le preguntó sobre esta nueva oleada de migrantes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que el operativo en la frontera procura aplicar la ley. «Sin violar los derechos humanos», indicó.

El canciller agregó: «No tenemos heridos ni situaciones que lamentar, a pesar de las pedradas. Si alguien está hoy buscando violencia, en México no la encontrará».

Tras las multitudinarias caravanas de centroamericanos que llegaron a México, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo fuertes reclamos al gobierno de México. Amenazó con imponer aranceles a productos de este país si no se tomaban medidas para detener la oleada migratoria.

López Obrador ordenó entonces el despliegue de cerca de 26.000 guardias nacionales en sus fronteras norte y sur. Esto, en un intento por contener la oleada de centroamericanos.