Autoridades mexicanas dijeron este miércoles que armas usadas en la masacre de algunos miembros de una familia de mormones son estadounidenses, y revelaron una nueva línea de investigación que apunta la confrontación de grupos de narcotraficantes antes no mencionados, quienes habrían asesinado por error a las tres mujeres y seis niños.
El secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, dijo que las evidencias recolectadas por los peritos en la escena del crimen permiten «reconocer el calibre de casquillos .223 de fabricación Remington y de procedencia norteamericana». El funcionario adelantó en conferencia de prensa que pronto empezará a operar un programa bilateral «para controlar el tráfico de armas de Estados Unidos a México».
De todas las «armas vinculadas a un acto criminal, 70% son procedentes de Estados Unidos», dijo. Hasta el momento, la principal hipótesis del gobierno es que el crimen, que dejó un saldo de tres mujeres y seis niños mexicano-estadounidenses fallecidos el lunes entre los estados de Chihuahua y Sonora, fronterizos con Estados Unidos, habría sido producto de un enfrentamiento entre grupos de narcotraficantes antagónicos.
El martes, la fiscalía de Chihuahua dijo que en el sitio opera una célula llamada Los Jaguares, parte del cartel de Sinaloa, que podría haberse enfrentado con una escisión de ese mismo subgrupo apoyado por el cartel La Línea de Chihuahua.
Pero durante la conferencia de este miércoles, Homero Mendoza, jefe del Estado Mayor de la secretaría de la Defensa, habló de otra hipótesis en el caso de la masacre de los mormones. Dijo que antes de la masacre una célula a la que denominó como Los Salazar, del estado de Sonora, y La Línea, de Chihuahua, tuvieron un enfrentamiento en Sonora. Y ante la amenaza de una irrupción de Los Salazar en Chihuahua, La Línea «decide enviar una célula entre Janos y Bavispe», justo donde ocurrió la masacre de las mujeres y sus hijos que se trasladaban en tres camionetas, expuso Mendoza.
Detuvieron a un sospechoso de la masacre de la familia mormona en México
Pero según un familiar citado por la prensa nacional, Julián Le Barón, el ataque habría sido directo. La familia de mormones pertenece a una comunidad que habita desde hace más de un siglo en Chihuahua, adonde se trasladaron tras ser perseguidos en Estados Unidos por sus tradiciones, en especial la poligamia.
De acuerdo con las investigaciones, al menos una de las mujeres se bajó de la camioneta para pedirles a los atacantes alzando los brazos detener la balacera. La agresión también dejó seis niños heridos, uno de ellos una bebé de tres meses hallada bajo el cuerpo de su mamá fallecida.