México renovará este domingo la Cámara de diputados. Además de al menos 20.000 cargos locales. Esto en una elección marcada por los estragos de la pandemia y la violencia, que pondrá a prueba al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Unos 95 millones de mexicanos están convocados para elegir además a 15 de 32 gobernadores, cuando se completan 20 semanas con los indicadores de covid-19 a la baja y avanza la vacunación.
Aun así, con 228.146 muertes, México es la cuarta nación más castigada por la epidemia en números absolutos y la decimonovena en términos relativos.
A eso se suma la pobreza, situación que sufría la mitad de los 126 millones de habitantes antes de la pandemia.
Los comicios se celebrarán tras una campaña sangrienta. Un total de 89 políticos han sido asesinados desde septiembre pasado, 35 de ellos eran candidatos, según la consultora Etellekt.
López Obrador, que atribuye la violencia a una estrategia del crimen organizado para ampliar su poder, sostiene que la seguridad de la jornada está garantizada. En la contienda de 2018 fueron asesinados 48 aspirantes.
Los criminales buscan «potenciales aliados entre los futuros funcionarios», asegura la ONG International Crisis Group.
Tinte plebiscitario en México
En ese marco, la elección tendrá un carácter plebiscitario para el líder izquierdista, elegido en 2018 por seis años y cuya popularidad supera 60%, según encuestas.
«El presidente sigue siendo el actor principal de todo el ecosistema político», dijo la analista Paula Sofía Vázquez.
Los comicios reeditarán así el proceso en que López Obrador, de 67 años de edad, se erigió como candidato «antisistema» contra la corrupción de los partidos tradicionales PRI (centro), PAN (conservador) y PRD (izquierda), hoy unidos contra el oficialista Morena.
Esa coalición «vino a confirmar la narrativa del presidente de que eran todos contra él», indicó Vázquez.
En las últimas legislativas, en 2018, la alianza oficialista obtuvo dos tercios de los 500 diputados, «mayoría calificada» que permite modificar la Constitución.
AMLO (acrónimo del gobernante) intenta mantener ese control, pero resultados dispares en economía, seguridad y salud no lo garantizan.
La economía mexicana, segunda de Latinoamérica, se desplomó 8,5% en 2020 arrastrada por la pandemia; el gobierno espera un rebote de 6,5% este año.
En tanto, la violencia del narcotráfico persiste con más de 83.000 asesinatos en lo que va del sexenio, aunque las autoridades reportaron una baja de 1,3% en 2020 que llevó la tasa de homicidios a 27,01 por 100.000 habitantes.
Según encuestas, el accidente del metro de Ciudad de México, que dejó 26 muertos el 3 de mayo no afectó gravemente la imagen de AMLO aunque sí la de su copartidaria Claudia Sheinbaum, alcaldesa de la capital, cuyo cargo no está en disputa.
Sheinbaum es considerada una potencial candidata presidencial.
Posible retroceso
Morena y tres partidos aliados pasarían de 333 a 322 escaños. Aunque el oficialismo seguiría siendo dominante, vería complicado construir mayoría calificada (dos tercios) para reformas constitucionales, según un consolidado de encuestas de la firma Oraculus.
El oficialismo también controla el Senado, pero está obligado a negociar con opositores para lograr mayoría calificada.
Entre las reformas que plantea la «Cuarta Transformación» de López Obrador figuran la del sector energético, que devolvería el protagonismo al Estado, una electoral y otra fiscal.
Desde 1997, las parlamentarias han reducido o arrebatado las mayorías a los partidos gobernantes.
La coalición de Morena seguiría esta senda, pero por muy poco gracias a la popularidad de AMLO, que impulsa vastos programas de apoyo monetario a sectores vulnerables, apuntó Vázquez.
«Nunca nos hemos quedado sin comer, se nos han brindado los apoyos para poder salir adelante en esta pandemia», afirmó Édgar Alonso, comerciante capitalino favorecido con un crédito gubernamental.
Siete de cada diez hogares son beneficiarios de estas ayudas, según el gobierno, que tiene enfrente una oposición desdibujada.
Los seguidores de AMLO decepcionados «no tienen a donde ir, te quedas ahí por inercia», opinó Carlos Bravo Regidor, del Centro de Investigación y Docencia Económicas.
Demonios internos
Así, el peligro para el oficialismo son sus demonios internos, desatados por una presunta opacidad en la selección de candidatos y la polémica por el apoyo de López Obrador a un aspirante a gobernador señalado de abuso sexual, quien salió de la carrera.
El mandatario enfiló además su artillería contra el INE, autoridad y organizador de los comicios, acusándolo de favorecer a sus rivales y de avalar «fraudes» en el pasado. Sus constantes intervenciones en la contienda han estado al límite de la ley.
«La autoridad de Morena para decir ‘no somos iguales’ es de las grandes pérdidas en esta elección», opinó Vázquez.
Con todo, el movimiento se mantiene lejos de los escándalos de dinero sucio y trapacerías que caracterizaron a otros partidos, permitiendo a AMLO conservar la lucha anticorrupción como principal bandera.