Los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Colombia, Gustavo Petro, acordaron este viernes que el gobierno mexicano participará en las negociaciones de paz con la guerrilla colombiana Ejército de Liberación Nacional (ELN) y reconocieron el «fracaso» en la lucha contra las drogas, informó la presidencia.
El pacto se registró en el marco de la visita del presidente colombiano a México, en la que los mandatarios de izquierda dialogaron sobre las «coincidencias» de sus gobiernos y su «convicción para trabajar de manera conjunta por la paz en la región», reportó el gobierno mexicano en un comunicado.
«México acepta la invitación de ser país garante en la Mesa de Diálogos entre el gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN)», detalló el comunicado.
Proceso de paz
El gobierno de Colombia y el ELN propusieron este viernes al Ejecutivo de Estados Unidos incorporarse a las negociaciones de paz retomadas en Caracas el lunes, tras ser suspendidas en 2019 por el expresidente Iván Duque. También Brasil será convocado.
Gustavo Petro, primer presidente izquierdista de Colombia y antiguo guerrillero, reactivó contactos con el ELN al asumir el poder el 7 de agosto, con la meta de retomar los diálogos interrumpidas en enero de 2019 por el gobierno de Iván Duque tras un ataque contra una escuela policial que dejó 22 muertos, además del agresor.
El ELN es la última guerrilla reconocida en Colombia. Fue fundada en 1964 por sindicalistas y estudiantes simpatizantes de Ernesto «Che» Guevara y la revolución cubana. Además, ha sostenido negociaciones fallidas con los últimos cinco presidentes de ese país.
Por otro lado, los mandatarios admitieron «el fracaso de la lucha contra las drogas y la vulnerabilidad» de ambos países ante esa problemática.
Y se comprometieron a convocar una cumbre internacional «con el objetivo de rediseñar y replantear la política de drogas», añadió el comunicado.
Colombia sigue siendo el mayor productor mundial de cocaína y Estados Unidos el principal consumidor.
En México, por su parte, operan algunos de los cárteles más poderosos con ramificaciones en numerosos países. Están dotados de armas que ingresan ilegalmente desde Estados Unidos.
Este país registra más de 340.000 asesinatos, la mayoría atribuidos a las organizaciones criminales, desde el lanzamiento de esa ofensiva en diciembre de 2006.