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Menos de 50% de los ciudadanos europeos confía en la UE

Por El Debate
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El proyecto europeo ha transitado por varias fases desde su germen en el Tratado de París –también conocido como el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero– firmado el 18 de abril de 1951. Con el Tratado de Roma de 1957 se crea la Comunidad Económica Europea, y con el de Maastricht en 1993 se establece esta unión como una entidad política y económica.

Desde sus orígenes ha habido dos grupos claramente diferenciados. Por un lado, los que deseaban un vínculo económico a la vez que se respetaran las soberanías nacionales –Charles de Gaulle siempre fue tajante en este aspecto–; por otro, los que buscaban una mayor imbricación y articulación entre los Estados miembros hasta el punto de que hubiera un único centro rector. Con el tiempo se ha comprobado que los segundos están más cerca de ver su deseo cumplirse, aunque no sin reveses.

El proyecto de fusión total –que las Constituciones nacionales no sean cuerpos legislativos de primer orden frente al europeo– es algo que está en marcha, pero dista todavía de convertirse en realidad. La Constitución Europea es un ejemplo de cuáles son los objetivos de la clase dirigente, aunque su fracaso hace casi 20 años no ha frenado las pretensiones de continuar en el mismo camino federalista.

Políticos como el exministro de Exteriores español José Manuel García-Margallo siempre se muestra a favor de unos «Estados Unidos de Europa». Los socialistas también abogan por algo semejante cuando defienden «organismos de gobernanza global». El presidente Emmanuel Macron también ha sumado a estas tesis. Polémico fue su discurso durante el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en 2022 cuando aseguró que necesitamos «un único gobierno mundial». Javier Solana, exsecretario general de la OTAN durante los bombardeos en suelo europeo, señaló en una conferencia en ESADE en 2010 que «Europa puede y debe ser una especie de laboratorio de lo que pudiera ser un sistema de gobierno mundial».

La Constitución Europea fue rechazada por países como Francia y Países Bajos, España votó a favor de su aprobación bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. No era vinculante, pero el rechazo evidente mandó a boxes el documento. No era el momento, pero eso siempre puede cambiar. Cabe preguntarse, ¿realmente confían los europeos en las instituciones europeas? ¿Cómo ven los ciudadanos a sus gobiernos en comparación con Bruselas?

La UE aprueba por poco…

En tan solo 18 Estados miembros de la UE, la mayoría de los encuestados afirma confiar en la institución con aprobaciones desde 48% en países como España o Estonia hasta el máximo de 73% en Dinamarca.

En los 10 países restantes la mayoría desconfía de la UE: Grecia, Francia, Chipre, Chequia, Austria, Italia, Eslovenia, Alemania y Eslovaquia.

En este bloque llaman la atención dos aspectos. Primero, en algunos de los países (miembros fundadores del germen de la Unión Europea) como Alemania, Francia e Italia gana el rechazo. Son los países más afectados por las políticas inmigratorias de Bruselas y donde mayores problemas sociales generan. Segundo, países como Chipre y Grecia son los más afectados por las olas inmigratorias de 2015 y hoy en día siguen siendo considerados rutas para llegar al corazón de Europa. En el caso de Chipre se suma el añadido de que es una isla dividida desde la invasión por Turquía de la parte norte y que no es reclamada por la UE en ninguna negociación.

La media europea se sitúa en 47% que «sí confía», 45% que «no confía» y 8% que «no sabe». Es una mayoría relativa.

…pero a nivel nacional suspenden

La Unión Europea alcanzó su pico de mayor aceptación en 2007 con 57% pero la posterior crisis económica y los recortes hundieron su imagen. Desde la pandemia, vuelve a estar en valores cercanos a esa fecha.

En cambio, tanto los gobiernos como los parlamentos nacionales no han pasado de 43% de aprobación, también justo antes de la crisis económica. Alcanzaron el mínimo en 2013 pero llevan dos años por debajo de 36%. Esto demuestra que Bruselas se salva frente a la mayoría de los gobiernos europeos.

La calidad de vida se mantiene

La mayoría de los ciudadanos afirman que su calidad de vida se ha mantenido igual en los últimos 12 meses (57%). Más de un tercio (36%) dice que se ha deteriorado, mientras que 7% afirma que ha mejorado.

En 23 Estados miembros la mayoría de los ciudadanos aseguran que su calidad de vida se ha mantenido igual. Los porcentajes más altos se registran en Italia (72%), Lituania y Luxemburgo (66% cada uno) y los más bajos en Malta (46%), Francia (47%) y Chipre (48%). En Austria, Grecia y Eslovaquia la mayoría afirma que su calidad de vida ha empeorado.

No hay relación directa entre la aceptación de la Unión Europea y el bienestar económico en todos los países, pero sí que en lo más altos de la tabla se repiten algunos como Dinamarca, Países Bajos o Irlanda. La crisis energética producida tras la guerra de Ucrania, la inflación o la escasez de determinados productos no parece que hayan afectado la percepción de los ciudadanos sobre la calidad de vida bajo las instituciones europeas.

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