La esposa del príncipe Enrique, Meghan Markle, dejó el Reino Unido y regresó a Canadá luego de la decisión de la pareja de abandonar sus funciones reales.
«La duquesa está en Canadá«, dijo este viernes a la AFP una portavoz de los duques de Sussex, sin precisar cuando salió Meghan del país o dónde se encuentra su esposo.
Sacudiendo a la monarquía británica y sorprendiendo, incluso, a Isabel II, Enrique y Meghan anunciaron este miércoles que abandonan sus puestos como miembros de primer rango de la familia real, pese a seguir apoyando a la reina.
Después de meses expresando su incomodidad con la presión mediática, los duques cortaron así su relación oficial con la prensa.
Afirmaron querer asumir independencia financiera y repartir su tiempo entre el Reino Unido y Norteamérica.
En lugar de pasar las Navidades con la monarca en su casa de campo en el este de Inglaterra, la pareja viajó con su hijo Archie a Canadá.
Meghan Markle vivió en ese país cuando trabajaba en la serie televisiva «Suits».
La pareja reapareciió públicamente en Londres este lunes para una visita a la Casa de Canadá, su última aparición pública antes de su anuncio.
El diario sensacionalista británico The Daily Mail aseguró que Meghan se reunió en Canadá con Archie, que habría permanecido allí.
Enrique, sexto en la línea sucesoria al trono británico, debería reunirse con ellos rápidamente, de acuerdo con el rotativo.
«Días, no semanas»
«La reina convoca una reunión de crisis familiar», tituló este viernes en portada el diario conservador The Daily Telegraph.
Al citar una fuente del Palacio de Buckingham, varios medios británicos afirmaron que Isabel II pidió a su equipo que trabajen a un ritmo constante para encontrar soluciones viables para implementar la decisión de los duques de Sussex.
Se programaron varias reuniones, la primera tuvo lugar este jueves, precisó.
La salida de Enrique y Meghan del primer rango de la familia real es cuestión de «días, no semanas», dijo la fuente.
The DailyTelegraph afirmó que las fuentes de la casa real expresaron sus dudas sobre la viabilidad de abandonar las obligaciones reales conservando los títulos nobiliarios. Tampoco la subvención financiera del príncipe Carlos y la recientemente renovada casa de la pareja en los terrenos del castillo de Windsor.
Lo que Enrique y Meghan sugieren «es una situación sin precedentes en la que los tendríamos como miembros de la familia real llevando a cabo algunos deberes oficiales, pero también operando de forma privada, y no hay realmente un precedente para eso», dijo a la AFP Victoria Murphy, especialista en la monarquía británica.
«Si quieren abandonar los deberes reales, está bien, es su decisión. Pero no pueden tenerlo todo», decía Paul Brown, un inglés que pasaba frente al Palacio de Buckingham.