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Maximilien Sánchez Arveláiz, el exdiplomático del chavismo enviado por Putin a Buenos Aires para cerrar venta de la vacuna rusa a Argentina

por El Nacional El Nacional

Maximilien Sánchez Arveláiz, un exdiplomático que trabajó para el fallecido presidente Hugo Chávez y Nicolás Maduro, fue enviado por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, a Buenos Aires para que concrete la venta de la vacuna rusa Sputnik V a Argentina, reseñó la página de noticias Infobae.

Sánchez Arveláiz nació en París y su madre es venezolana. Cuando Chávez empezó a hacerse conocido en el mundo, ya le había dedicado su tesis de maestría en el Instituto de Ciencias Políticas Latinoamericanas de la University of London. Se titulaba Utopía rearmada. Chávez y la izquierda venezolana.

Luego pudo ingresar a la Embajada de Venezuela en Francia, donde organizó para el líder bolivariano un encuentro con intelectuales de izquierda.

En un artículo publicado hace tres años en Konzapata, la periodista Elizabeth Fuentes explicó que Sánchez Arveláiz era el consentido del periodista izquierdista Ignacio Ramonet, además de haber sido asesor comunicacional de Chávez y dos veces embajador de Venezuela en Brasil y Estados Unidos.

También ha trabajado como productor ejecutivo de cine: ha cosechado cuatro películas, entre ellas Snowden, el documental dirigido por el director pro chavista Oliver Stone.

De acuerdo con Infobae, en Argentina Sánchez Arveláiz es tratado como un visitante VIP por orden de la Casa Rosada.

Su trabajo para Putin consiste en monitorear todo el proceso legal que ya está en manos de la Cancillería argentina. Tiene previsto reunirse con Ginés González García, ministro de Salud de Argentina, y es posible un encuentro con enviados especiales a Moscú del presidente Alberto Fernández y Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires.

El canciller Felipe Solá ya ordenó al departamento legal de su cartera una revisión exhaustiva de los contratos públicos que se firmarán entre Argentina y Rusia para adquirir dosis de la Sputnik V, señala Infobae.

Arveláiz, mientras tanto, exigió que sus reuniones con los funcionarios argentinos sean en secreto, así que no aparece en ninguna agenda oficial.