Más de 100.000 bielorrusos se reunieron este domingo en el centro de Minsk para participar en la marcha de la paz y la independencia, convocada por tercera vez por la oposición en protesta contra la represión policial y contra la permanencia en el poder del presidente Alexandr Lukashenko, que gobierna desde hace 26 años.
La multitud colmó las avenidas de la Independencia y los Vencedores, cuando aún continuaban llegando manifestantes.
La participación es comparable a la del domingo anterior, la misma cantidad de manifestantes salió a las calles de la capital, de acuerdo con observadores.
«Todos aquí tenemos la misma exigencia, queremos sacar a Lukashenko y vivir en un país libre», declaró Konstantin, un manifestante de 38 años que se ha sumado a esta gran marcha colmada de banderas rojiblancas, la tercera convocada desde principios de agosto.
Cientos de efectivos de la policía han acordonado el monumento Minsk, ciudad-héroe, junto al cual se han reunido decenas de miles de manifestantes que portan banderas blanquirrojas y gritan «Viva Bielorrusia».
También hay una gran concentración en la Plaza de Octubre.
Con el fin de obstaculizar el acceso de los manifestantes al centro de la ciudad el metro cerró cuatro estaciones, en las cuales «los trenes pasan sin detenerse».
Parte de los manifestantes convocados por canales de Telegram de la oposición se dirigió al Palacio de la Independencia, residencia del mandatario bielorruso, con el fin de dejar en la plaza «regalos para Lukashenko», quien justamente hoy cumple 66 años.
Inmediatamente llegaron al lugar, frente al Palacio de la Independencia, dos blindados de la policía.
Mientras, la portavoz del Ministerio del Interior, Olga Chemodánova, informó sobre la detención de 125 manifestantes «por su participación en protestas masivas no autorizadas».
«Los agentes del Ministerio del Interior han tomado las medidas necesarias para mantener el orden y garantizar la seguridad», afirmó, al reiterar el llamado a la ciudadanía de «no participar en las protestas ni implicar a menores de edad en este tipo de acciones».
Desde las elecciones presidenciales del 9 agosto, que según los datos oficiales ganó Lukashenko y fueron calificadas de fraudulentas por la oposición, Bielorrusia es escenario de la mayor ola de protestas de su historia.
Además de Minsk, en otras ciudades de Bielorrusia han sido convocadas marchas y mítines que han reunido decenas de miles de partidarios.