Multitudinarias manifestaciones en Johannesburgo, Pretoria, Ciudad del Cabo y otras ciudades de Sudáfrica exigieron hoy la dimisión inmediata del presidente Jacob Zuma, al que se acusa de tomar decisiones en beneficio de sus allegados y en detrimento de la economía.
La mayoría de las marchas tuvieron lugar en Pretoria, donde unas 30.000 personas
-según cifras de los medios locales- marcharon hasta el palacio presidencial convocadas por la plataforma Save SA en protesta por el cese hace una semana del respetado ministro de Finanzas, Pravin Gordhan.
«Nuestra soberanía fue tomada por una banda de matones», dijo sobre la polémica decisión el líder de Save SA y director general de la empresa minera AngloGold Ashanti, Sipho Pitanya, que prometió más manifestaciones «hasta que Zuma caiga».
Save SA congregó también a miles de personas ante el Parlamento en Ciudad del Cabo, mientras que la oposición pidió la cabeza del presidente en el centro de Johannesburgo, donde la Policía lanzó pelotas de goma cuando un grupo de partidarios del presidente intentó atacar la marcha pacífica.
Esta jornada nacional de protesta se produce una semana después de la destitución de Gordhan, que se ha convertido en un símbolo de integridad en Sudáfrica por su negativa a aprobar el proyecto nuclear y otros polémicos planes del presidente que, según sus críticos, beneficiarían a empresarios amigos.
La crisis desatada por el relevo en Finanzas ha provocado una profunda fractura en el seno del oficialista Congreso Nacional Africano (CNA) y sus aliados, y ha supuesto la caída de la calificación crediticia de Sudáfrica al nivel del bono basura.
La oposición en pleno presentará el 18 de abril una moción de censura para derrocar el presidente, a la que espera que se sumen los diputados descontentos del CNA, que tiene mayoría absoluta en la cámara.
Los actos de repulsa al cese de Gordhan se han repetido hoy por toda la geografía nacional, y centenares de ciudadanos se han manifestado contra el presidente en concentraciones espontáneas en distintos puntos de las grandes ciudades.
En una de ellas, celebrada en Hermanus, cerca de Ciudad del Cabo, el premio Nobel de la Paz Desmond Tutu se sumó a los vecinos que salieron a la calle contra el presidente.
Muchos analistas ven en la sustitución de Gordhan por Malusi Gigaba, exministro del Interior y político cercano a Zuma, como una manera de allanar el camino a la concesión de nuevos contratos a hombres de negocios cercanos al presidente.
Otro de los lugares emblemáticos de las protestas fue la residencia en Johannesburgo de la familia Gupta, un clan de empresarios de origen indio con negocios con la familia del presidente que se ha enfrentado a Gordhan en los tribunales y han hecho fortuna en Sudáfrica gracias a concesiones públicas.
Manifestantes protestan contra el presidente sudafricano, Jacob Zuma, en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), 7 de abril de 2017.
Un centenar de ciudadanos se manifestaron con pancartas ante la mansión, a la que algunos presentes se refirieron como «la oficina desde la que se gobierna Sudáfrica».
Varios altos cargos del CNA han denunciado la enorme influencia en la administración Zuma de los Gupta, que según estos dirigentes les ofrecieron puestos de ministro en nombre del presidente a cambio de tomar decisiones favorables a sus intereses.
«Sudáfrica no es propiedad de un individuo, de una familia o de un partido», dijo durante la manifestación en el centro de Johannesburgo el líder de la oposición, Mmusi Maimane, que afirmó que el país se ha convertido en una «fortaleza» de los intereses de los Gupta.
Maimane hizo su intervención con un chaleco antibalas tras haber recibido amenazas de muerte, según fuentes de su partido. Jacob Zuma finaliza su segundo y último mandato en 2019, y dejará de ser en diciembre de este año el líder de un CNA dividido entre quienes apoyan al presidente y quienes abogan por su revocación como jefe del Estado.