El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió este lunes con honores de Estado a Nicolás Maduro, quien visita Brasilia por primera vez desde 2015, con motivo de la cumbre suramericana.
Aunque ha sido calificada como visita de trabajo, Maduro recibió a su llegada ciertos honores de Estado y fue esperado por Lula en lo alto de una rampa que conduce a la primera planta del Palacio de Planalto, en la que medio centenar de soldados con uniformes históricos formaron un pasillo de bienvenida.
Lula ha invitado para este martes a los presidentes de los otros once países suramericanos (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela) para un cumbre regional y Maduro ha sido el primero en llegar a Brasilia.
Según informó el gobierno brasileño en una nota oficial, Lula y Maduro tendrán una reunión privada, a la que luego se unirán ministros de ambos Gobiernos, y más allá de los asuntos bilaterales, analizarán también «el proceso de diálogo interno en Venezuela, de cara a la realización de elecciones en 2024».
Tras esa reunión está previsto un pronunciamiento conjunto ante los periodistas y un almuerzo que el presidente brasileño ofrecerá a la delegación venezolana en la sede de la Cancillería.
Maduro ha aprovechado la oportunidad de la cumbre convocada por Lula para este martes para realizar su primera visita a Brasilia desde 2015, cuando estaba en el Gobierno Dilma Rousseff, quien fue destituida en 2016 por presuntas irregularidades fiscales.
Rousseff fue sustituida por el conservador Michel Temer, quien enfrió las relaciones con Venezuela y gobernó hasta enero de 2019, cuando asumió el ultraderechista Jair Bolsonaro, que fue más allá, cerró la embajada brasileña en Caracas y prohibió por decreto la entrada de Maduro a Brasil.
Ese decreto fue revocado por Lula el pasado 1 de enero, cuando asumió la Presidencia y ordenó la inmediata retomada de la relación con Venezuela en todos los niveles.