El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo este lunes que confía en que Cuba y Venezuela saldarán sus deudas con el banco de fomento brasileño y responsabilizó a su antecesor, Jair Bolsonaro, del atraso de los pagos de esos países.
«Estoy seguro de que en nuestro gobierno esos países pagarán porque son todos países amigos de Brasil y con certeza pagarán la deuda que tienen con el BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social)», señaló Lula en el acto para la toma de posesión del nuevo jefe de la institución financiera estatal, en Río de Janeiro.
Según los últimos datos oficiales de septiembre del año pasado, las deudas vencidas en financiamientos del BNDES destinados para proyectos de bienes y servicios en Venezuela alcanzaban los 682 millones de dólares, mientras que en Cuba llegaban a los 227 millones.
La financiación del BNDES a obras en otros países de la región, que se otorgaban a las compañías brasileñas que llevaban a cabo los proyectos, fue utilizada como arma electoral de la ultraderecha que lidera Bolsonaro para atacar a Lula en los comicios de octubre.
Lula pidió «parar de mentir»
Lula salió hoy en defensa del banco de fomento brasileño, del que dijo que fue «víctima de muchas mentiras» y «difamaciones muy graves» durante las elecciones en las que salió victorioso frente a Bolsonaro.
Insistió en que el BNDES «nunca dio dinero a países amigos del gobierno» y sí «financió servicios de ingeniería de empresas brasileñas para proyectos en 15 países de América Latina y el Caribe entre 1998 y 2017».
Ese período comprende los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), los dos primeros mandatos de Lula (2003-2010), así como la administración de Dilma Rousseff (2011-2016).
Lula defendió además que el BNDES está recuperando todo lo que financió, aunque reconoció que «hay algunos contratos en atraso, si bien todos están cubiertos con garantías», y culpó de la demora en el pago de algunos países a Bolsonaro.
«Seamos francos, los países que no pagaron, sea Cuba o Venezuela, es porque el (entonces) presidente Bolsonaro decidió cortar relaciones internacionales con esos países para no cobrar y poder estar acusándolos» de que dejaron de pagar, apuntó el gobernante.
Lula también rechazó que durante sus dos primeros mandatos privilegiara en la financiación del BNDES a «media docena de empresas» brasileñas que luego se vieron salpicadas por escándalos de corrupción.
«Al final de mi gobierno 480 de las 500 mayores empresas que actúan en Brasil tenían relaciones bancarias con el BNDES, empresas públicas y privadas de diversos sectores», aseguró.
Pidió «parar de mentir» con relación al banco de fomento brasileño, que espera que bajo el comando del exministro Aloizio Mercadante, dé prioridad a los «micros y medianos emprendedores» del país.