El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, fue reelegido en los comicios de hoy con un 79,7% de los votos, de acuerdo con los sondeos a pie de urna.
Según informa la agencia estatal Belta, la candidata de la oposición unificada, Svetlana Tijanóvskaya, lograría 6,8%, un resultado muy lejos de lo pronosticado por los analistas.
Lukashenko, de 65 años de edad y en el poder desde 1994, buscaba un sexto mandato presidencial en unos comicios que no contaron por vez primera con la presencia de observadores occidentales.
Pese a que Tijanóvskaya había congregado a decenas de miles de personas en sus mítines, Lukashenko aseguró que una mujer no puede ser presidenta bielorrusa y negó que la opositora fuera su «principal rival».
Según las encuestas, la tercera candidata, la exdiputada Anna Kanopatskaya, habría sumado 2,3%; Andréi Dmítriev, copresidente del movimiento ¡Di la verdad!, 1,1 %, y Serguéi Cherechen, líder socialdemócrata, 0,9%.
La jornada electoral estuvo marcada por la alta participación, con colas en muchos colegios, incluido el habilitado en la embajada bielorrusa en Moscú, y el bloqueo de Internet, que la oposición consideró una estratagema para impedir la movilización popular y un escrutinio paralelo de la votación.
A falta de dos horas para el cierre de los colegios, según la Comisión Electoral Central, más del 79% de los bielorrusos ya había ejercido su derecho al sufragio.
Más del 40% de ellos, en su mayoría funcionarios, militares y empleados de fábricas estatales, lo hicieron por adelantado, un instrumento de fraude, según opositores y observadores independientes.
Durante la campaña el KGB detuvo a dos de los principales aspirantes opositores y un tercero tuvo que exiliarse, a lo que hay que sumar más de un millar de detenidos, entre activistas, observadores y reporteros.
Además de impedirle celebrar mítines en Minsk durante la última semana, diez de los colaboradores de Tijanóvskaya, incluida su jefa de campaña, fueron detenidos, algunos en las últimas horas.
Ante los llamamientos en las redes sociales a salir a las calles al cierre de los colegios, Lukashenko ha advertido de que no permitirá un «Maidán», en referencia a la revolución en Ucrania, mientras Tijanóvskaya ha instado a todos los bielorrusos, «civiles y con uniforme», a que se abstengan de recurrir a la violencia.