Enfrentado a la anulación de las peregrinaciones a causa del coronavirus, el santuario católico de Lourdes, en el suroeste de Francia, organiza el jueves la primera peregrinación virtual mundial.
Para este evento, bautizado Lourdes United (Lourdes Unido), habrá celebraciones y oraciones en cinco idiomas que serán retransmitidas por televisiones católicas y otros canales de difusión en todo el mundo, desde Estados Unidos hasta Indonesia.
Una emisión especial de dos horas en directo desde la gruta donde, según la tradición católica, la Virgen María se apareció a Bernadette Soubirous en 1858, también está programada para la tarde.
«Hay una verdadera comunión entre los peregrinos», aseguró monseñor Olivier Ribadeau Dumas, rector del santuario.
Este día, «aniversario de la última aparición de la Virgen María en Lourdes, es la ocasión para todos los que están lejos de encontrarse juntos, aunque esto nunca sustituirá al hecho de venir en peregrinación».
Durante el confinamiento, que duró en Francia del 17 de marzo al 11 de mayo, «se vio bien que el santuario, cerrado al público, nunca había tenido tanta visitas por todos los demás medios a disposición. Se comprendió entonces que es necesario ampliar estos medios», explicó Mathias Terrier, responsable de la comunicación del santuario de Loudres, uno de los principales centros de peregrinaciones católicas en el mundo.
Paralelamente a las retransmisiones, un equipo de capellanes se encarga de dialogar en diferentes idiomas en las redes sociales. «Sacerdotes que responden a las intenciones de oración, pero también, por ejemplo, a los interrogantes sobre las posibilidades de peregrinación a Lourdes o a preguntas sobre la fe», prosiguió Mathias Terrier.
Aunque reabierto desde el 16 de mayo, después de un cierre histórico de dos meses, Lourdes sufre la cancelación de casi todas las peregrinaciones organizadas, que de hecho son muy numerosas durante el verano.
El santuario ya no acoge a peregrinos individuales.
La peregrinación virtual mundial es también la ocasión para hacer un llamado a las donaciones, puesto que el santuario prevé un déficit de ocho millones de euros para 2020.
«El santuario vive casi exclusivamente gracias a los dones, y sobre todo a los dones in situ», precisó Terrier.