La guatemalteca indocumentada Mircy Alba López estuvo cuatro meses separada de su hijo Eder Galicia, de 3 años, por la política de tolerancia cero del gobierno de Estados Unidos, y este martes volvió a reunirse con él entre la alegría del reencuentro y la pena de notar que su pequeño no la reconocía.
Tras haber sido separados tras llegar a la frontera con México, por la política contra la la inmigración ilegal implementada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la mujer volvió a abrazar a su hijo luego de una decisión judicial que ordena la devolución de niños indocumentados menores de cinco años a sus padres.
«Cuando mi niño me vio ya no me reconocía, se me quedaba mirando a la cara, no dejaba de mirarme, ¿usted cree? Ya cuatro meses sin verme», relató esta madre de 31 años, con la voz entrecortada.
Mircy López es una de las beneficiadas por la orden del magistrado federal Dana Sabraw, que preside el caso en la demanda entablada por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) al gobierno por separar a menores de sus padres a su llegada a la frontera.
«En el momento que me agarran me separan de mi hijo, me dijeron que sí me lo iban a dar, pero tenía que ir a prisión por castigo durante tres meses y de ahí me iban a deportar», explicó la madre a las afueras de la estación de autobuses regionales en Phoenix, Arizona, donde se aprestaba a viajar a Florida.
Alba permaneció cuatro meses en el Centro de Detención de Eloy, en Arizona, y asegura que nunca se le proporcionó información correcta sobre la ubicación de su hijo.
«Adentro es horrible, hay muchas madres que se quedaron llorando por sus hijos, no les dan ninguna respuesta, ahí adentro no existe la información para las madres, nada de lo que nos dicen es correcto», denunció.
La madre guatemalteca mencionó que los agentes de inmigración no le permitieron permanecer con su hijo.
«Les dije que solo tenía 3 años. Les supliqué, les lloré que me deportaran junto con mi hijo, pero me repetían que tenía que pagar mi castigo de tres meses por cruzar de manera ilegal», comentó.
La mujer finalmente ha logrado reunirse con su menor y poder seguir su caso fuera de un centro de detención. Eder lucía ropa y zapatos nuevos. Su madre dijo que le habían regalado varios cambios de ropa y juguetes para su pequeño.
Sobre su futuro, Alba solo sabe que tiene una cita en la corte el 18 de julio para definir su situación migratoria en Estados Unidos.
Antes de tomar su autobús Alba pidió a todas las madres y padres separados de sus hijos tener paciencia y fe. «A mí me decían las personas dentro de Eloy que no me iban a devolver a mi hijo, que aquí se los quitaban a las madres para darlos en adopción, pero no fue así», dijo.
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