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Los republicanos multiplican sus llamados a la renuncia de Trump

por Avatar AFP

A diez días del final de su mandato, Donald Trump enfrenta cada vez más llamados para que dimita, también desde el propio campo republicano, con el objetivo de evitar un complejo proceso de destitución en plena crisis política, sanitaria y económica en Estados Unidos.

Tras los pedidos de los senadores republicanos Ben Sasse y Lisa Murkowski, el senador Pat Toomey afirmó el domingo en CNN que una renuncia del presidente «sería el mejor camino».

Trump «cayó en un nivel de locura (…) absolutamente impensable» desde que el demócrata Joe Biden le ganó las elecciones de noviembre, añadió.

«Lo mejor para la unidad del país sería que dimitiera», dijo en ABC Alan Kitzinger, legislador en la Cámara de Representantes y primer republicano en pedir el jueves que el presidente fuera declarado «no apto» para ejercer sus funciones.

Aislado en la Casa Blanca, abandonado por varios de sus ministros y distanciado de su vicepresidente Mike Pence, Trump no da, sin embargo, ninguna señal de estar pensando en renunciar, según consejeros citados por la prensa estadounidense.

Suspendido en Twitter, y en el resto de grandes redes sociales para evitar nuevas incitaciones a la violencia, las opciones del mandatario para comunicarse con el gran público son ahora limitadas.

Las autoridades continúan buscando a los manifestantes pro-Trump que lanzaron amenazas de muerte contra Pence y la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, segundo y tercera mayores responsables del Estado durante el asalto al Capitolio del miércoles.

Alrededor de ese icónico edificio se ha erigido ahora una alta barrera metálica, al tiempo que se han ampliado los efectivos de las fuerzas del orden hasta la investidura de Biden el 20 de enero, a la que Mike Pence hizo saber que asistirá.

Mike Pence y Nancy Pelosi recibieron amenazas de muerte | Foto AFP

Profanación

Nancy Pelosi, que prometió pasar a la acción en caso de que el presidente saliente no dimita, pidió el sábado a sus legisladores que regresen a Washington esta semana para decidir la forma de sancionar la responsabilidad de Trump en el asalto violento contra el Capitolio.

En una carta abierta a los parlamentarios, Pelosi no mencionó directamente una posible destitución, pero estimó como «absolutamente esencial que quienes perpetraron este asalto contra nuestra democracia rindan cuentas«. «Debe haber un reconocimiento de que esta profanación fue instigada por el presidente«, añadió.

Un artículo de juicio político, o impeachment, introducido en la Cámara de Representantes y firmado por al menos 180 legisladores, señala al presidente republicano por haber «realizado deliberadamente declaraciones» que incentivaron a la invasión del edificio del Congreso por sus seguidores el miércoles.

Según el legislador demócrata James Clyburn, la moción podría discutirse esta semana. «Puede que sea el martes o miércoles», precisó en CNN.

Se trata, no obstante, de un proceso largo y complicado, por lo que varias voces se alzaron en el campo demócrata señalando que un juicio político podría frenar los proyectos del presidente electo Joe Biden, quien ha hecho de la respuesta a la pandemia de covid-19 la prioridad del inicio de su gobierno.

«Démosle al presidente electo Biden los 100 días» al comienzo de su mandato para permitirle que se ocupe de los problemas más urgentes, sugirió Clyburn. «Podríamos enviar los artículos [de acusación] un poco más tarde».

El senador Pat Toomey afirmó que el presidente cayó en un nivel de locura impensable desde que perdió las elecciones

El senador demócrata Joe Manchin estimó, por el contrario, en CNN que un proceso de destitución después del 20 de enero «no tendría ningún sentido».

«Ni siquiera estoy seguro de que sea posible destituir a alguien que ya no está en el poder», añadió de su lado Toomey.

Aún así, el lanzamiento de un segundo impeachment dejaría una marca indeleble en el legado de Donald Trump: ningún presidente de Estados Unidos ha pasado por tal deshonor.

En el poder desde 2017, Donald Trump ya fue objetivo de un primer proceso de destitución en el Congreso, abierto por Nancy Pelosi a finales de 2019 por haber solicitado supuestamente a un país extranjero, Ucrania, que realizara investigaciones sobre su rival demócrata, Joe Biden. Fue finalmente absuelto por el Senado, entonces de mayoría republicana, a comienzos de 2020.