Donald Trump recibirá la próxima semana la bendición oficial de los republicanos para presentarse a los comicios de noviembre pese a haber sido declarado culpable de 34 delitos y tener pendientes varios juicios.
La Convención Nacional Republicana (RNC) desplegará la alfombra roja para el millonario de 78 años en Milwaukee, Wisconsin (norte), que espera acoger a 50.000 personas para la ocasión.
A pesar de haber recibido condena por 34 delitos por falsificación de registros contables en un caso de pagos ocultos a una exactriz de cine para adultos y a una multa por fraude y agresión sexual, Trump llegará a la convención de muy buen humor. Entre tanto su rival demócrata Joe Biden, al que acusa de todos sus males judiciales, se tambalea.
Trump mejora en intención de voto en algunas encuestas desde el desastroso desempeño del presidente Biden en un debate en junio, que provocó una crisis existencial en el Partido Demócrata.
La euforia es tal que el equipo de campaña de Trump cree posible la victoria en bastiones de sus rivales como Minnesota y Virginia, lo que podría obligar a Biden a desviar fondos para defender el llamado «muro azul», es decir los estados que desde hace más de tres décadas votan por los demócratas salvo contadas excepciones.
«No es una coincidencia que la convención exponga la visión del presidente Trump para restaurar Estados Unidos en Wisconsin, el punto cero en el camino de vuelta a la Casa Blanca», explicaron en un comunicado el presidente del RNC, Michael Whatley, y la copresidenta, Lara Trump, nuera del millonario.
El estado de Wisconsin, en el que Trump perdió en 2020 por tan solo 20.000 votos, es clave para ambos partidos este año.
Unos 2.429 «delegados», entre políticos y activistas de las bases, votarán por Donald Trump, el candidato que arrasó en las elecciones primarias.
«El hazmerreír»
Será la primera convención sobre la que el expresidente tenga el control total, después de que la de 2016 se viera lastrada por las divisiones del partido y la de 2020 por la pandemia del covid-19.
El programa se hizo a la medida de Donald Trump y se amoldó a su grito de guerra «Haz a Estados Unidos grande otra vez».
El lunes será el día de la economía con «Haz a Estados Unidos rico otra vez», el martes el de la criminalidad con «Haz a Estados Unidos seguro otra vez» y el miércoles el de la política exterior con «Haz a Estados Unidos fuerte otra vez», que hará hincapié en que el país «se ha convertido en el hazmerreír mundial».
Trump aceptará formalmente la nominación el jueves en un discurso que seguirán millones de telespectadores y cerrará la convención, marcando el comienzo de «una nueva edad de oro para Estados Unidos», según su equipo.
Como siempre, habrá sesiones formales para los temas del partido y actos organizados por grupos como la Fundación Heritage, patrocinadora del plan de la derecha radical «Proyecto 2025», un programa de gobierno.
Los delegados votarán para aprobar el programa, que matiza la posición en algunos temas sociales como el aborto y los derechos LGTB pero corrobora la línea dura en materia migratoria.
Deportación de migrantes
El republicano ha prometido «la deportación más grande» de migrantes de la historia en su primer día de mandato si gana los comicios y cerrar la frontera con México.
Trump llegó a afirmar que los migrantes «envenenan la sangre del país», lo que le valió comparaciones con Adolf Hitler, y también sostuvo que «provienen de prisiones», «de instituciones mentales y manicomios».
«Están matando a nuestro país», son «delincuentes», dijo también durante meses a sus seguidores, contradiciendo las estadísticas de homicidios y crímenes violentos del FBI.
Últimamente ha moderado su discurso y la forma, en un aparente intento de ampliar el electorado para los comicios, aunque sin desdecirse.
Es posible que Trump aproveche la convención para revelar a quién elige como eventual vicepresidente. Tres nombres suenan con fuerza: los senadores J.D. Vance y Marco Rubio y el gobernador de Dakota del Norte Doug Burgum.