Los rebeldes hutíes afirmaron el viernes que los intereses de Estados Unidos y Reino Unido eran «blancos legítimos», tras los bombardeos de estos países en Yemen en respuesta a semanas de ataques contra embarcaciones en el mar Rojo que amenazan el comercio mundial.
La andanada de bombardeos del viernes contra los hutíes avivó los temores de que la guerra entre Israel y Hamás se extienda a toda la región.
Los rebeldes hutíes lanzaron un misil balístico antibuque «en represalia» a los ataques de Estados Unidos y Reino Unido, informó el director del Estado Mayor Conjunto estadounidense, el teniente general Douglas Sims. El disparo no alcanzó ningún buque, añadió.
El grupo rebelde, aliado de Irán — potencia regional y rival de Israel — lleva semanas atacando a los barcos que atraviesan el mar Rojo, por donde transita el 12% del comercio mundial, en «solidaridad» con los palestinos en Gaza.
En respuesta, Estados Unidos, Reino Unido y ocho de sus aliados aseguraron en un comunicado que sus ataques buscaban «desescalar tensiones» y «restaurar la estabilidad en el mar Rojo».
Irán y otros países condenaron las acciones de las potencias occidentales y advirtieron que la situación podría empeorar.
El Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto celebrar una reunión de emergencia este viernes. La víspera adoptó una resolución exigiendo a los hutíes que detuvieran inmediatamente sus ataques.
Los precios del petróleo subieron 4% por temor a una escalada antes de volver a caer.
Los hutíes, que controlan gran parte de Yemen desde que estalló la guerra civil en 2014, forman parte del autodenominado «eje de resistencia», que incluye a Hamás, al Hezbolá libanés y a otros movimientos armados hostiles a Israel y apoyados por Irán.
«Todos los intereses estadounidenses y británicos se han convertido en blancos legítimos de las fuerzas armadas yemenitas tras la agresión directa y declarada contra la República de Yemen», afirmó el Consejo Político Supremo de los hutíes.
«Señal fuerte»
«Las acciones de hoy demuestran un compromiso compartido con la libertad de navegación, el comercio internacional y la defensa de la vida de los marinos frente a ataques ilegales e injustificables», declararon Australia, Baréin, Canadá, Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Reino Unido y Estados Unidos.
El presidente estadounidense, Joe Biden, calificó los bombardeos como una «acción defensiva» exitosa después de los ataques «sin precedentes» en el mar Rojo y dijo que «no dudará» en ordenar más acciones militares si es necesario.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, afirmó que la violación del derecho internacional por parte de los hutíes merecía una «señal fuerte» en respuesta.
Naser Kanani, portavoz de la cancillería iraní, estimó que los ataques occidentales alimentarán «la inseguridad y la inestabilidad en la región» y «desviarán» la atención de Gaza.
El movimiento islamista palestino Hamás afirmó que «responsabilizará» a Reino Unido y Estados Unidos de las «repercusiones en la seguridad regional».
Por su parte, la Casa Blanca aseguró que Estados Unidos «no busca un conflicto con Irán» ni una «escalada» bélica.
Cientos de miles de personas, algunas con rifles Kalashnikov, se congregaron en Saná, la capital de Yemen, para protestar. Muchas ondeaban banderas yemenitas y palestinas y sostenían retratos del líder hutí Abdulmalik al Huthi, observó un periodista de la AFP.
«Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel», coreaban.
En Teherán, cientos de personas se manifestaron contra Estados Unidos, Reino Unido e Israel y expresaron su apoyo a Gaza y Yemen.
China pide «moderación»
Los palestinos en Gaza aplaudieron el apoyo de los hutíes y condenaron a Estados Unidos y Reino Unido por su respuesta militar.
«Nadie está con nosotros excepto Yemen», comentó Fuad al Ghalaini, uno de los miles de palestinos que se quedaron sin hogar tras los bombardeos israelíes en Gaza.
China expresó «preocupación» por la escalada en «un importante punto de paso para la logística internacional» y el abastecimiento energético y pidió «moderación» a todas las partes.
Rusia tildó los bombardeos británico-estadounidenses de «ilegítimos» y Turquía de «respuesta desproporcionada».
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió a todas las partes «que no agraven» la volátil situación en la región.
«Libertad de navegación»
Los ataques del viernes tuvieron como objetivo una base aérea, aeropuertos y un campamento militar, indicó la televisión hutí Al Masirah, mientras corresponsales de la Afp y testigos informaron de fuertes bombardeos en Saná y en la ciudad portuaria de Hodeida, en el mar Rojo.
El Comando Central de Estados Unidos señaló que los ataques se realizaron con aviones de combate y misiles Tomahawk. Reino Unido dijo haber desplegado cuatro cazas Typhoon FGR4 con bombas guiadas por láser.
Según el portavoz militar hutí, Yahya Saree, al menos cinco personas murieron.
Desde el 19 de noviembre, los hutíes lanzaron 27 ataques cerca del estrecho de Bab al Mandeb, que separa la península arábiga de África, según el ejército estadounidense.
Las principales empresas navieras han desviado sus cargamentos, lo cual afectó a los flujos comerciales y la producción en varios sectores, como el automotriz, que depende en gran medida de los repuestos provenientes de Asia.
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