El paso a la segunda vuelta de la candidata a las presidenciales francesas, Marine Le Pen, fue recibido este domingo con un llamamiento generalizado de los aspirantes derrotados para frenar su candidatura en favor del actual jefe de Estado, Emmanuel Macron.
«No hay que darle ni un solo voto a Le Pen», dijo el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que según las primeras estimaciones de voto quedó en tercera posición con 21,2%, por detrás de Macron (28,3%) y Le Pen (23,3%).
En esa misma línea se expresó la conservadora Valérie Pécresse, empatada con el ecologista Yannick Jadot con 4,8%.
«Votaré por Macron para impedir la llegada al poder de Le Pen y el caos resultante», afirmó. «No soy la dueña de los sufragios recibidos, pero pido a mis electores que me han honrado con su confianza que sopesen en los próximos días las consecuencias potencialmente desastrosas para nuestro país y las generaciones futuras de cualquier decisión diferente a la mía», agregó.
La socialista Anne Hidalgo, con un varapalo histórico para su partido, con apenas 1,7%, admitió su propia derrota y solicitó igualmente apoyo para Macron.
Estos resultados y la elevada abstención, en su opinión, muestran una Francia dividida y con la extrema derecha en las puertas del poder: «Les pido votar contra la ultraderecha de Le Pen», apuntó la alcaldesa parisina, de origen español.
Esa necesidad de unión contra la representante de Agrupación Nacional fue compartida por el ecologista Jadot y por el comunista Fabien Roussel (2,4%).
El único que se pronunció de forma clara en favor de Le Pen fue el también Éric Zemmour, que según las primeras estimaciones del instituto Ifop recabó 7,2% de los sufragios de esta primera vuelta.
«Hay frente a ella un hombre que ha hecho entrar a dos millones de inmigrantes, que no ha dicho una sola palabra de seguridad e inmigración en la campaña. Yo no me equivocaré de adversario», concluyó ante su militancia.
También anunció su apoyo a Le Pen el soberanista Nicolas Dupont-Aignan (2,1%).