El Estado argentino ha dejado de pagar los sueldos mensuales de los obispos de la Iglesia católica, según ha anunciado la Conferencia Episcopal del país en un comunicado difundido el miércoles. En la misiva, se informa de que esta fue una decisión que comenzó en 2018, cuando fue aprobada la ley del aborto.
El portavoz presidencial de Javier Milei, Manuel Adorni, ha confirmado en conferencia de prensa que la Conferencia Episcopal Argentina hizo efectiva la renuncia a la asignación mensual a través de la que el Estado se hacía cargo de los salarios de algunos obispos y arzobispos.
Esta asignación, cuantificada en unos 55.000 dólares al mes (poco más de 50.000 euros), dejó de aplicarse el pasado 1 de enero de 2024. La ayuda se aplicaba según lo establecido en el artículo 2 de la Constitución de la Nación Argentina, que establece que «el gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano».
No obstante, hace más de de cinco años, los obispos argentinos se reunieron con el gobierno, entonces presidido por Mauricio Macri, en medio de un clima político que demandaba la separación entre la Iglesia y el Estado. Las partes acordaron que la medida entraría en vigor al finalizar la Administración de Alberto Fernández (2019-2023).
«Esto condice con los lineamientos de este gobierno: la austeridad de gasto y la defensa de la libertad de culto. Entendemos que el Estado no tiene por qué dar un tratamiento desigual a una religión o culto sobre otra», comentó hoy Adorni.
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