Los nuevos españoles, los inmigrantes nacionalizados, comparten preocupaciones con el resto de ciudadanos ante las elecciones de mañana, aunque una de sus principales inquietudes es la cuestión migratoria ante la posibilidad de que la ultraderecha irrumpa en los órganos de gobierno. Cuestiones sociales como el empleo o los subsidios a los desfavorecidos, o de tipo político como la corrupción figuran también entre los intereses de este colectivo, que según el Instituto Nacional de Estadística es de aproximadamente 2 millones de personas adultas (5,42% de los 36,9 millones de españoles llamados a las urnas).
Tras las últimas elecciones generales de junio de 2016, cerca de 200.000 extranjeros adquirieron la nacionalidad española hasta finales de 2017, aunque las cifras de 2018 aún no están disponibles, según el INE.
Mariana, nacida en Colombia y residente en Madrid, lleva doce años en España y cuatro de ellos nacionalizada. A pesar de ello, un hipotético pacto de gobierno con Vox sí le afectaría, porque tiene hermanos con el permiso de residencia, es decir, aún sin la nacionalidad. «Yo también fui emigrante y soy colombiana, aunque tenga la nacionalidad, por lo que no puedo hacer la vista gorda con las personas a las que sí les afectaría», insiste.
El programa electoral de Vox apuesta por «controlar la inmigración en función de las necesidades de la economía nacional, y de la capacidad de los que llegan para integrarse y aceptar los valores».
Siguiendo la línea de Mariana, Lisey (de origen venezolano y residente en la isla canaria de Tenerife) considera que el auge de Vox es preocupante: «La aparición de partidos como este, ha afectado en mi decisión a la hora de votar por un partido u otro». También muestra su esperanza de que el próximo gobierno apueste por «concienciar a la gente y dejar de lado esa política del miedo respecto a los inmigrantes».
Por su parte, Peter, un «madrileño» procedente de Estados Unidos, señala también su preocupación por la cuestión de la inmigración, y considera que «el gobierno actual intenta tratar la inmigración de la mejor manera posible, pues en un asunto complicado dependiendo el país de origen».
El desempleo, la situación económica y las pensiones son los asuntos que más preocupan a los españoles, según los diferentes sondeos, algo que comparten los cuatro entrevistados.
Adriana, de origen ecuatoriano y residente en la capital, tiene la nacionalidad española desde hace cinco años. Explica que le gustaría ver «ayudas a las personas que no poseen recursos ni herramientas para su crecimiento personal», así como «menor corrupción política». Mariana coincide en este aspecto: «Me parece que los inmigrantes deberían poder obtener una cierta ayuda por parte del gobierno para poder comenzar una nueva vida». Concretamente, pide «facilidades a la hora de encontrar un buen trabajo». De igual manera, la joven enfatiza que muchos llegan allá porque no tienen otra opción,porque en su país la situación es mucho peor y no tienen posibilidad de elegir.
Peter está de acuerdo en que la creación de empleo es fundamental, igual que una mayor atención de los futuros gobernantes: «Es muy importante que los representantes políticos trabajen de verdad por los intereses del pueblo, dedicando tiempo a crear empleo en España».
Todos ellos confiesan su descontento con el panorama político actual, que Lisey califica como «show en toda regla». Además, llega a comparar a la clase política española con la de su país natal, Venezuela, en cuestiones como «la mala gestión» o la «poca capacidad para entenderse con el resto de partidos».