Los demócratas concluyen este viernes su alegato inicial con el abordaje del cargo de obstrucción al Congreso en el juicio político contra el presidente de Estados Unidos Donald Trump acusando al mandatario de «encubrimiento». Esto tras ser señalado por presionar al gobierno de Ucrania en beneficio propio.
Los demócratas buscan quebrar la sólida unidad de la bancada republicana del Senado, que con su mayoría de 53 a 47 probablemente absuelva al presidente de los dos cargos por abuso de poder y obstrucción al Congreso.
«El presidente trató de hacer trampa. Lo pillaron y entonces trabajó afanosamente para encubrirlo», dijo el congresista demócrata Hakeem Jeffries durante su alegato.
Según la acusación, Trump intentó presionar a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski. Esto en una llamada el 25 de julio para que investigara los negocios del hijo de Joe Biden, quien podría ser su rival demócrata en las presidenciales de noviembre.
La congresista Val Demings expuso que, por orden del presidente, seis oficinas del gobierno ignoraron 71 peticiones de información diferentes. Esto incluyendo cinco citaciones, durante la fase de investigación llevada a cabo por el Cámara de Representantes.
El congresista demócrata Adam Schiff, que ejerce como fiscal en el proceso en el que los 100 senadores son jurados, cerró su alegato del jueves. Afirmó ya con la voz quebrada que «no se puede confiar en que este presidente haga lo que es bueno para el país».
«Entonces, debe ser destituido», afirmó Schiff, que lideró la pesquisa en la Cámara de Representantes.
Según los demócratas, Trump presionó a Ucrania al retener cerca de 400 millones de dólares en ayuda militar para un país que enfrenta una conflicto con rebeldes prorusos en su territorio.
Este es el último día de los alegatos iniciales para los demócratas, que a diez meses de las elecciones buscan que las audiencias movilicen al electorado.
Pero la búsqueda de apoyo de algún senador disidente ha sido esquivo para los demócratas.
«Ellos no quieren escuchar», acusó este viernes el líder de la bancada demócrata en el Senado, Chuck Schumer, en una conferencia de prensa.
Farsa
A partir del sábado y hasta el martes -con un receso el domingo- la defensa del presidente tomará la palabra.
Jordan Sekulow, uno de los miembros de la defensa de Trump, descalificó los argumentos demócratas como «más de lo mismo, una política hiperpartidista bajo la forma de una jerga legal».
«Vamos a defender el caso del presidente porque él estaba actuando totalmente de acuerdo a sus derechos constitucionales», dijo a la cadena conservadora Fox News.
«No hay duda de que el presidente no va a ser destituido», agregó Sekulow.
El presidente mismo volvió a desestimar este viernes el proceso en su contra como una «farsa».
«Las mismas cosas viejas de esta farsa de juicio político. Quieren usar todo su tiempo, incluso si no es correcto. Podrían volver a trabajar por nuestro estupendo pueblo estadounidense», dijo el mandatario en Twitter.
Manifestaciones
A unos cientos de metros de donde se desarrolla el juicio en su contra, Trump asistió a una manifestación contra el aborto. Con esto se convirtió en el primer presidente estadounidense en asistir a «La marcha por la vida»; una concentración que se repite todos los años para repudiar la decisión de la Corte Suprema de permitir la interrupción del embarazo en 1973.
El magnate inmobiliario que hace dos décadas se declaraba más cercano «al derecho a elegir» ahora está posicionado de cara al electorado conservador, una postura que ha marcado con los jueces que ha designado en altas instancias.
Después de los alegatos de la acusación y de la defensa, los dos partidos tendrán un total de 16 horas para responder a preguntas planteadas por escrito por los senadores.
Finalizada esta fase, deberán decidir por mayoría simple si quieren seguir el proceso convocando a nuevos testigos, como exige la acusación.
En caso contrario deben votar sobre la culpabilidad del presidente. Para destituirlo es necesaria una mayoría de dos tercios, lo que por el momento parece improbable.